PASO HIPER RAPIDO
CAPITULO 43
—Diga. —Por la voz no parecía estar dormida; sonaba cansada, pero no
dormida.
—¿Ya
estás en la cama?
—Todavía
no. Ha sido una noche... llena de emociones.
—¿Por
qué? ¿Qué ha ocurrido?
Peter se puso
alerta al instante.
—No puedo darle la espalda ni un minuto, o se pone a
destrozar algo.
—¿Quién?
—El perro.
El perro. Peter
dejó escapar un suspiro de alivio.
—No parece estar muy bien adiestrado.
—No está adiestrado en absoluto. ¡Bonito, no! ¡Deja
eso! Tengo que colgar
—dijo a toda prisa.
—Voy para allá —le soltó Peter justo
antes de que Lali colgara, y no supo si lo había oído o no. No importaba. Cogió
las llaves, apagó las luces y salió por la puerta.
Lali estaba
agotada. Su madre la había llamado a las tres de la tarde y le había dicho en
tono cansado:
—Gime y yo vamos a llevar el cachorro a tu casa. Allí,
por lo menos, el patio está vallado y podrá correr. Nos quedaremos con él hasta
que llegues tú.
—Oh, cielos. —Aquello olía mal—. ¿Qué ha hecho?
—Di más bien qué no ha hecho, el muy diablillo.
Estamos derrengadas, sólo de intentar llevarle el ritmo. Sea como sea, te veré
dentro de un par de horas.
Cuando llegó a
casa a las cinco y diez, su madre y tía Gime estaban echando una siesta en el
cuarto de estar, mientras que el cachorro dormía entre los pies de su madre.
Estaba tan adorable, tumbado boca abajo con las patas traseras extendidas, como
si fuera una alfombra de piel de oso, que se le derritió el corazón.
—Hola, cariño —lo arrulló. El cachorro abrió pesadamente un ojo,
agitó la cola... y volvió a dormirse.
Tía Gime se
despertó.
—Gracias a Dios que has venido. Buena suerte; vas a
necesitarla con este diablillo. Vamos, Majo, larguémonos mientras podamos.
Majo se incorporó
y contempló con tristeza el cachorrito que tenía a sus pies.
—Hemos llamado a Miley Park para saber si es que a lo
mejor le pasaba algo, pero ella se ha echado a reír y ha dicho que es posible
que esté un poco exaltado por verse en un sitio nuevo, pero que los cachorros
de perdiguero no dejan de cometer travesuras hasta que tienen unos cuatro
meses. Bueno, cuando tiene sueño sí que se queda quieto.
—Tiene dos velocidades —dijo tía Gime—. O
se mueve sin parar, o está dormido. Eso es. Que te diviertas. Vamos, Majo.
—Creo que pasaremos por Wal—Mart a comprar puertas
para bebés, y así por lo menos podremos acorralarlo en una sola habitación.
¿Quieres que te compremos una a ti también?
—Compraremos todas las que tengan —dijo tía Gimena—. Vamos, Majo.
—Cielos, ¿tan malo es? —preguntó Lali consternada. Parecía un angelito, allí
dormido.
—Por lo que parece, está adiestrado sobre todo para la
casa —dijo su madre—. Pero necesita salir cada dos horas, es
regular como un reloj. Se ha hecho pis en su cojín...
—Cuando no lo estaba haciendo trizas —interrumpió tía Gime—. Vamos, Majo.
—Le gustan sus juguetes con relleno...
—Le gusta todo, incluido su plato para el agua. Majo,
si no vienes, me iré sin ti. Podría despertarse en cualquier momento.
El cachorro
alzó la cabeza, y bostezó sacando su lengüecilla rosa. En diez segundos,
su madre y su tía habían cogido sus
bolsos y estaban saliendo por la
puerta. Lali apoyó las manos en las caderas y contempló aquella pequeña bola de
pelo.
—Muy bien, caballerete, ¿qué es lo que ha hecho usted? El cachorro rodó sobre su espalda,
estirándose. Lali fue incapaz de resistirse a rascar aquella tibia tripita, lo
cual él tomó como una invitación para empezar a lamerla en todas partes a donde
alcanzaba, con aquella lengüecilla rosa y ávida. Lali lo levantó del
suelo y lo acunó en brazos, encantada al sentirlo tan pequeño y calentito
debajo de todo aquel pelo. El cachorrito agitó contra ella sus patas grandes y
suaves y se revolvió, señal de que quería bajar. Lali lo depositó en el suelo,
y de inmediato tuvo que salir corriendo tras él, pues había salido disparado
hacia la cocina.
Lo único que
quería era un poco de agua. Bebió con avidez, y de repente metió de golpe en el
cuenco las dos patas delanteras salpicando agua por todas partes.
Lali limpió el
suelo de la cocina —lo cual le pareció al cachorro un juego fantástico, porque
no dejaba de saltar sobre la mopa—, le dio de comer y lo sacó afuera a que
hiciese sus necesidades. El perro se agachó nada más tocar la hierba, y después
atacó un arbusto. Preocupada por la posibilidad de que las hojas pudieran ser
venenosas para él, o que le sentasen mal a su pequeño estómago, Lali lo apartó
del arbusto y cogió la manguera para llenar de agua la pequeña piscina de
plástico que le había comprado.
El cachorro era
demasiado pequeño para superar el borde de la piscina, de modo que lo ayudó y
luego contempló cómo corría y resbalaba en los cinco centímetros de agua hasta
quedar empapado él, empapada ella, y con los costados doloridos de tanto reír.
Lo sacó de la piscina, lo envolvió en una toalla y lo llevó al interior de la
casa con la esperanza de que se echase otra siesta y así ella pudiera cenar.
Una vez más
metió las patas en el cuenco del agua. Mientras Lali limpiaba el suelo, él
persiguió la mopa. Luego agarró el paño de cocina y se lanzó a la carrera con
él. Lali lo pilló cuando se estaba escondiendo debajo de la cama, y lo sacó a
rastras. Sus esfuerzos por quitarle el paño debieron convencerlo de que ella
deseaba jugar al tira y afloja, de modo que tiró del paño con todas sus fuerzas
emitiendo unos gruñiditos de bebé mientras todo su cuerpecillo temblaba por el esfuerzo.
Lali lo
distrajo con un patito de trapo. Él lanzó el pato por los aires, saltó sobre él
y se las arregló para meterlo debajo del sofá, donde luego no pudo alcanzarlo.
Así que se quedó allí ladrando hasta que Lali se agachó y lo recuperó. Pero él
volvió a meterlo inmediatamente debajo del sofá.
Después, Lali
probó a distraerlo con un juguete de goma para morder, y funcionó durante unos
diez minutos. El cachorro se tumbó en el suelo y sostuvo el juguete entre las
patas delanteras mientras lo mordía con gran concentración. Ella aprovechó la
oportunidad para quitarse la ropa que había llevado a trabajar y empezar a
hacerse un emparedado. En eso, oyó un estruendo procedente del cuarto de estar y
corrió descalza a ver qué pasaba. Se encontró con que el perrito había
conseguido hacerse con el mando del televisor que estaba encima de la mesita
auxiliar y estaba tratando afanosamente de matarlo. Lali se lo quitó y lo puso
en un lugar seguro.
Al cachorro le
encantaron las uñas de los pies de Lali, pintadas de rojo, y se plantó de un
salto sobre sus pies descalzos. Saltaba sin cesar, intentando atrapar los dedos
de la mano con la boca; ella, sorprendida, echaba la mano atrás, pues aquellos
dientecillos afilados hacían verdadero daño. Por fin, se limitó a bajar la mano
y él le lamió los dedos como si estuviera comprobando a qué sabía, y por
último, satisfecho, la soltó.
Por fin le
entró el sueño. Se detuvo prácticamente en mitad de la carrera y se derrumbó
exhalando un profundo suspiro al tiempo que se le cerraban los ojos.
—Me parece que ha sido un día duro para ti, pequeñín —murmuró Lali—. ¿Echas de menos a tu mamá, y a tus hermanitos? Siempre has tenido alguien
con quien jugar, ¿verdad? Y ahora estás sólito.
Ya eran más de
las siete, y Lali estaba muerta de hambre. Terminó de hacerse el emparedado y
se lo comió de pie, mientras vigilaba al cachorro. Parecía bonito y chiquitín
cuando estaba dormido, pero en cuanto abriera los ojos volvería a entrarle otra
vez el nervio.
Durmió durante
un rato absolutamente ajeno a todo, como un bebé. Lali decidió darse una ducha
rápida, y dejó la puerta del baño abierta para que el perrito pudiera entrar si
se despertaba. Se desvistió, dejó la ropa tirada en el suelo y se metió en la
bañera. Acababa de enjabonarse cuando oyó algo, y al abrir la cortina vio una
blanca bola peluda que salía disparada hacia el pasillo con sus bragas en la
boca.
Salió de la
bañera de un salto y corrió desnuda tras el cachorro. Éste se las arregló para
deslizarse detrás del sofá con su tesoro. Ella retiró el sofá de la pared y
recuperó sus bragas. Por supuesto, tenían un agujero. El cachorrito agitó la
cola.
—Pequeño diablillo —le dijo. Lo levantó del suelo y se lo llevó consigo
al cuarto de baño. Esta vez cerró la puerta para que no pudiera salir, puso su
ropa en la parte posterior del retrete, donde él no podía alcanzarla, y volvió
a meterse en la ducha. El perrito pasó todo el tiempo ladrando y poniéndose de
pie sobre sus patas traseras, intentando subirse a la bañera con Lali.
Ella ya había
aprendido con el episodio de la mopa, así que en lugar de salir a la
alfombrilla para secarse, se quedó dentro de la bañera. El cachorro observó la
toalla con añoranza, sentado sobre sus cuartos traseros y con expresión
angelical.
Tenía una
carita muy alegre, pensó Lali, con la boca abierta en una constante sonrisa.
Sus ojos oscuros, de párpados también oscuros, como si le hubieran perfilado
los ojos con kohl, resultaban muy exóticos en contraste con su pelaje claro y
aquellas largas pestañas rubias. Mostraba tal curiosidad y entusiasmo por todo
que no dejaba de agitar la cola, como si fuera un metrónomo trucado.
—Qué importa que seas un diablillo —dijo Lali—. Eres un diablillo mío, y me enamoré de ti cuando te subiste a mis
rodillas. —El agitó la cola aún más rápido al escuchar la voz de su ama y
percibir el tono cariñoso.
—Tengo que pensar en un nombre adecuado para ti, uno
que suene a grande y fuerte. Se supone que tienes que protegerme, ¿sabes? No
creo que asustase a muchos ladrones gritando algo así como: «¡A por él, Blanquito\
¿Qué tal si te llamo Brutus? El cachorro bostezó.
—Tienes razón; tú no eres un Brutus. Eres
demasiado bonito. ¿Qué tal Demonio ?
—Al cabo de unos instantes, observándolo, desechó por sí misma aquel nombre—. No, no me gusta, porque sé que cuando
crezcas vas a ser muy bueno.
NO TENGO TIEMPO DE NADA HOY
GRACIAS POR LAS FIRMAS
LAS QUIERO
FATY***
Jajajajajaja q gracioso las aventuras de lali cm el perrito jJajajaja mas mas esta buenísima
ResponderEliminarbuenisimo lo que le hizo pasar el cachorro a lali
ResponderEliminarespero el momento laliter jejeje
un besazo sara
se me olvido.......
ResponderEliminarmaaaaaaaaas noveeeeeeeeeee!!!!
ajajjaj me reì mucho ajajaj mas lindo el capitulo..peter aliviado porque lali le dijo del perrito mientras el, como creo que alguna de nosotras, habia temido lo peor : otro hombre junto a lali! demonio y brutus le queria poner? ajaja me temo que va a tener que pensar bien bien en el nombre que va a ponerle! me re gusto de verdad.. hoy me hacia falta reir, gracias por levantarme el humor..no me siento nada bien!! me encanto de verdad el capitulo reir es lo mejor en algunas circunstancias :D la tia y la mama se fueron rapido..tan cansadas de ese perro estavn, me las imagino destruidas en la cama, con los pelos de pie, pobres! el pequeño diablillo llego a la vida de lali para darle un poco de diversion y quizas en unos meses protegerla (ayudando a peter ajaj). te mando un beso...te quiero Giulia
ResponderEliminarJajajajaja Buenisimo el cap :)
ResponderEliminarMe rei mucho!
Ojala andes bien!
Un beso
JUli♥
@amorxca
jajaja menudo es el perrito! jaja
ResponderEliminarMas Novee
@sarapinyana
Es un divino el perro espero más!
ResponderEliminarJaja me hizo acordar a mi perra, cuando era cachorra!! jaja
ResponderEliminarQuiero más!
Lore456
jajaja es un verdadero biablillo este cachorro! :P
ResponderEliminarEspero el proximo
Besos
Giada
Pobre lali el cachorro la vuelve loca!JAJA
ResponderEliminarHay yo quiero un cachorrito.. asi me vuelva loca... ojala puediera!!!
ResponderEliminarmasssssssss ♥
ResponderEliminarJajajaja me encanto el cachorro sin nombre -por ahora- que dirá Peter cuando lo vea??
ResponderEliminarUn cachorrito hiperactivo,jajaja,me recodó el apelativo k le puse a mi hijo d bebé ,Satán,x ser también hiperactivo,pero como descartaste demonio,esperaré k me sorprendas con el nombre del cachorro.
ResponderEliminarYo tenía un perro que se llamaba Satán y creeme que el nombre le iba como guante!! jajaja
EliminarQuiero más novela!!!
Lore
Me reí demasiado ya que en casa tengo a 2 perritas y son muy traviesas la vez pasada destrozaron una muñeca de mi gordita felizmente no era su preferida si no las veía fuera de la casa, mi gorda las molesta mucho, les jale el pelaje, las apachurra y ellas tontas que se dejan jaja:).
ResponderEliminarMasi_ruth
es un cachorro es normal q sea asi jajajaja XD
ResponderEliminarme encanta que Peter se preocupe asi por ella, esperando el siguiente AMoi la nove BESO!!!!! ♥
SUBI OTRO!
ResponderEliminarotrooooooooooo cap!! mas mas mas quiero saber que va a pasar aajjajaj
ResponderEliminarestoy encantada con que peter se preocupe por lali y arriesgue. diria su vida y su carrera por ella.. me encanto..quiero saber si va a su casa..en pocas palabras quiero saber que va a pasar ahora que hay esa aliancia ajaja te quiero besos Giulia
ResponderEliminarme encantaria poder leer ya el capitulo, pero como mañana me tengo que despertar temprano... voy a leer mañana si subis...te quiero besos Giulia
ResponderEliminarEstoy re orgullosa ya me puse al dia!!!!! :') fue un re logro no llegaba mas :P jajajaja ME ENCANTA LA NOVEEE LA AMOO ♥ quiero mas por fas!!!!! necesito saber como sigueee es mi vicio ;D jajajaja ♥ un beso enormeeec @LuciaVega14
ResponderEliminarEy!!! se te extrañó hoy Faty!!!
ResponderEliminarQuiero más!
Lore456
Jajajaa...me encanta
ResponderEliminar