sábado, 9 de junio de 2012

CAPÍTULO 29

CHICAS VA LLEGANDO LALITER... SI QUIEREN MAS SUPEREMOS LAS 20 FIRMITAS!!!


CAPITULO 29


Juan Cruz Torre estaba sentado en su coche, con mirada fría y ardiente al contemplar a la mujer que se dirigía al club. ¿De dónde diablos había salido? Tenía que haber estado dentro de algún coche, y en la oscuridad no había reparado en ella.
Lo importante no era si había visto algo o no, sino cuánto había visto, y cuánto había comprendido. Estaba oscuro, resultaba difícil distinguir los detalles y no se había producido ningún ruido fuerte que hubiera podido alarmarla. Si Teo no hubiera intentado llamar a la pareja que se acercó en el coche, no habría habido nada que ver. Pero, maldición, en cuanto vio a Torre salir del coche supo que iban a matarlo, así que ¿qué tenía que perder? Torre no censuró a aquel hijo de puta por intentarlo. Era una lástima que el «Colega» fuera rápido como el rayo con aquella navaja; Teo no emitió más que un leve quejido.
Ella no los conocía; era evidente que no había notado nada fuera de lo normal. Pero constituía un cabo suelto, y a Torre no le gustaban los cabos sueltos. Su plan original era meterle a Teo por el gaznate suficiente GHB como para matar a tres hombres, lo cual habría sido un fin apropiado para aquel cabrón. Incluso había decidido abandonar el cadáver donde pudieran encontrarlo antes de que se desintegrase el GHB, y así la policía sabría exactamente qué era lo que lo había matado. Pero ahora ya no podía hacerlo, y menos con el tajo que tenía en la garganta; además, había sangre en el aparcamiento, si es que alguien se molestaba en mirar.
Si ella fuera una asidua de aquel local, tal vez hubiera reconocido a Teo, tal vez lo conociera, y tal vez recordara demasiado cuando se enterara de que le habían rebanado el cuello.
No había visto de qué coche había salido, pero podría deducirlo. Se bajó de su automóvil y fue hasta aquella parte del aparcamiento, se agachó en cuclillas para no ser visto y apuntó rápidamente los números de las matrículas. Pensó en la posibilidad de entrar en el local e intentar buscarla. Tenía el pelo rubio y llevaba un vestido rojo; se había fijado en eso cuando se abrió la puerta. Sería fácil de localizar.
Pero le había dicho a Jimmy que aquella noche no estaba libre, y ahora que Teo estaba muerto no quería presentarse allí después de todo, y situarse en la escena en la que se había visto a Teo por última vez.
Torre dejó escapar un suspiro. Tendría que quedarse sentado allí fuera y esperar a que saliese la mujer, y luego seguirla hasta su casa. Necesitaba supervisar lo que se hacía con los restos de Teo, pero no podía estar en dos sitios a la vez. Iba a tener que fiarse de que el «Colega» y el compinche de éste fueran lo bastante listos para saber dónde arrojar el cadáver. Al fin y al cabo, sus culos también corrían peligro. Su prioridad tendría que ser encargarse de aquella mujer.
~~~~*****~~~~

Aquella noche el Buffalo Club estaba todavía más abarrotado que la semana anterior. Lali permaneció allí de pie por espacio de unos minutos, dejando que sus sentidos se adaptaran al ruido abrumador de las voces y de la banda que cantaba a voz en grito algo de que un tal Eari tenía que morir, una canción que muchas de las clientas femeninas del local coreaban junto con la banda. Un hombre, que probablemente se llamaba Barí, debió de ofenderse con la canción y lanzó su cerveza contra los músicos, lo cual explicaba el alambre que rodeaba el escenario. Dos tipos enormes convergieron contra en lanzador de cervezas, y Lali se alegró cuando vio que lo acompañaban hasta la puerta. Acababa de llegar, y quería poder bailar unos cuantos temas antes de que se iniciara una pelea.
—Eh, cariño, ¿te acuerdas de mí? —dijo un hombre que apareció a su lado. Un brazo la ciñó por la cintura, y al instante se vio empujada hacia la atestada pista de baile.
Levantó la vista para mirar al hombre alto y rubio, que pretendía dejarse un bigote al estilo de Alan Peterson.
—No —dijo.
—Oh, vamos. Estuvimos bailando la semana pasada...
—No —repitió Lali tajante—, no estuvimos bailando. Bailé con Jeff, Denny, Rúben y Steven, pero tú no eres ninguno de ellos.
En eso tienes razón —replicó él alegremente—. Yo me llamo Harley, como la moto. Bueno, si la semana pasada no bailamos, pues bailemos esta semana.
Como ya estaban en la pista de baile, aquello pareció una buena idea. Eari había muerto ya, y la banda tocaba otra cosa que no requería que la mitad del público corease la letra. La gente giraba y se inclinaba, así que Lali también giró y se inclinó, su mano en la de Harley, su falda de vuelo flotando alrededor de las piernas. La canción siguiente fue «Kentucky Rain» de Elvis Presley, y Harley le retuvo la mano para bailar aquel tema.
—Dime, ¿cómo te llamas? —le preguntó el hombre, recordando por fin que no lo sabía.
—Lali.
—¿Estás con alguien? ¿Puedo invitarte a una copa? Santo cielo, ¿sería uno de aquellos hombres contra los que la había advertido el jefe Lanzani?
—Estoy con unas amigas. —Hizo un leve gesto para señalar el intrincado laberinto de mesas, porque le pareció un mentira apropiada, y agregó—: Gracias, pero en este momento no me apetece beber nada. He venido a bailar.
Él se encogió de hombros.
—Por mí, bien. Creo que voy a sentarme un rato.
Y desapareció tan bruscamente como había aparecido. Lali miró a su alrededor. Hasta el momento, sin contar con el hombre cuyos testículos había aplastado, había conocido a seis hombres, y ninguno de ellos la había atraído de verdad. A lo mejor estaba siendo demasiado escrupulosa, aunque en realidad no veía cómo; había bailado con todo el que se lo había pedido.
Divisó a Rúben en la pista, y él la saludó con la mano. Tal vez le pidiera de nuevo que bailara con él; había sido el que mejor bailaba de todos.
Y entonces —oh, no— lo vio: el tipo grandote que la había sentado sobre sus rodillas. Él la reconoció casi al mismo tiempo y por su rostro cruzó una expresión de horror antes de dar media vuelta y alejarse.
Lali sintió deseos de hacer lo mismo, darse la vuelta y fingir no haberlo visto, pero la aguijoneó la conciencia. Él no debería haberla agarrado, y ella no tenía intención de hacerle daño, pero de todos modos él había sufrido muchísimo y ella le debía una excusa.
Decidida, empezó a abrirse paso por entre la multitud procurando no perderlo de vista. El tipo parecía dirigirse con idéntica decisión hacia el lavabo de caballeros, exactamente como si intentara esconderse de ella, aunque por supuesto tenía que estar equivocada con aquella impresión. Estaba en un club, probablemente habría bebido demasiado, así que era muy razonable que tuviera que orinar.
Sin embargo, consiguió llegar al pequeño vestíbulo que conducía a los lavabos antes de que lo alcanzara Lali, y desapareció tras una puerta llena de arañazos como alma que lleva el diablo. Lali lanzó un suspiro y se abrió paso con dificultad entre la maraña de gente sin hacer caso de una protesta (de una mujer) ni de una invitación (un hombre); se sentía igual que un salmón luchando por nadar contracorriente. Pero al fin logró llegar a la pared que estaba junto a los lavabos, donde se afianzó sobre sus pies para defenderse de todos los roces y empujones, y aguardó.
Pareció transcurrir una eternidad, y tuvo que rechazar otras tres ofertas para bailar, hasta que por fin su presa apareció en el vestíbulo oteando el horizonte.
Lali respiró hondo, dio un paso al frente y lo tocó en el hombro. Para ser un tipo corpulento, desde luego sabía saltar. El tipo se apartó de ella como si se tratara del Anticristo, con su carnoso rostro congestionado.
—No se acerque a mí, señora.
Lali se quedó estupefacta; aquel hombre parecía tenerle auténtico miedo. Parpadeó, e intentó tranquilizarlo.
—No voy a hacerle daño. Sólo quería pedirle disculpas.
Ahora le tocó a él el turno de parpadear. Dejó de retroceder.
—¿Disculpas?
—Siento mucho haberle hecho daño. Fue un accidente. Lo único que intentaba era levantarme, y puse la mano justo donde no debía. De verdad que no fue mi intención aplastarle las... —Cielo santo, no podía pronunciar la palabra «pelotas», que parecía ser el término más popular, y tampoco quería llamarlas «chismes», ya que, después de todo, estaba intentando mostrarse un poco más madura respecto de aquellas cuestiones—. ...los testículos —terminó, poniendo más énfasis en la palabra del que pretendía.
Él se encogió como si lo hubieran golpeado, y Lali se dio cuenta de que había dicho la última palabra en tono lo bastante alto como para que, a pesar del ruido de la orquesta, lo oyeran las personas que estaban más cerca, que habían vuelto la cabeza. El rostro del hombre se congestionó aún más.
—Disculpas aceptadas —musitó—. Y ahora, aléjese de mí. Lali tuvo la impresión de que el tipo podría haber sido un poco más amable, teniendo en cuenta que todo aquel episodio había sido culpa de él; si él no la hubiera agarrado como si tuviera todo el derecho de obligar a una mujer desconocida a sentarse en sus rodillas, nada de aquello habría sucedido. Ligeramente indignada, abrió la boca para decírselo, pero de repente se materializó a su lado una figura alta y oyó una voz profunda decir:
—Yo me encargaré de mantenerla alejada de usted. Y sin más, le gustase o no, el jefe Lanzani la levantó del suelo igual que había hecho la última vez en aquel mismo local y se la llevó, no al exterior, sino a la pista de baile.
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INMITA: ¡¡PRIMERA EN FIRMAR!! MUY RECOMENDADA SU NOVELA. ¡¡ES PRECIOSA!!

LAURA: PASE POR EL BLOG Y ME ENCANTÓ!! GRACIAS POR RECOMENDARMELO!!

RUTY_LU: QUE BUENA TU ANECDOTA JAJAJAAJAAJAJ

FIRMEN!!!

EN UN RATO MASSS

LAS QUIERO

FATY***

24 comentarios:

  1. jaja me da risa Lanzani le sigue los pasos, lali la tiene complicada le agarraron la matricula y no para bien, es intrigante y los quiero ya en accion a esos dos(la bibliotecaria y el jefe de policia)jaja

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  2. Lina (@Lina_AR12)9 de junio de 2012, 20:50

    Lanzani siempre cerca,no se q busca hombre ella si ya lo tiene,JAJA!

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  3. JAJAJAJAJAAJAJ DIOS LANZANI SIGUE A LALI A TODOS LADOS AJAJAJAJ POR FAVOR QUE NO LE AGAN NADA A LALI POBRE SEÑOR SE QUEDO TRAUMADO AJJAJAJAAJAJJAJA
    NOO DIOOOS ASS NOVELA PORFAAAAA
    DULCE

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  4. El jefe Lanzani se está convirtiendo en su sombra! jajaja
    Me encanta!!
    Quiero más!!

    Lore456

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  5. Mmmm 20 firmas dijiste???...
    Ayudo con unas porque quiero más!!!
    Se está poniendo buena!!
    Lore456

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  6. Y otra más!!!
    Lore456

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  7. mmmm sigo???
    Boe... una más!! jejej
    Realmente me gusta la historia, es una lástima que no firmen todas!!!
    VAMOS GENTE!!! A FIRMAR!!!!. No cuesta nada!!
    Quiero más!!!
    Lore456

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  8. Jajaja lali se encuentra a lanzani hasta en la sopa

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  9. Siii! Parece casi que Peter la sigue! Se encuentran en todos los lugares!!
    Mas nove!!
    Fresy07

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  10. Espero que Torre no encuentre a Lali! Ella es tan ingenua!!
    Fresy07

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  11. jaja ¿Peter como mantendra Lali alejada del hombre? jajajaja
    Ahora empieza a desarrollarse la historia! Torre empieza a buscar a Lali y Peter tendra que protegerla :D
    jajajaja espero el proximo
    Besos
    Giada

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  12. va a decirle a Peter de todo seguro jajajaja

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  13. "no se acerque a mi señora" jajajajajajajaa

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  14. ni que fuera el demonio por favor jajajajaja

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  15. de verdad Juan Cruz Torre la va a esperar????????? ay Dios miooo por favor que no la reconozca

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  16. me parece que deberiamos cambiar de lugar para ir a bailar Lali! que si sigues así los mafiosos te van a atacar jajajaj igual mientras que tengas a tu salvador y heroe personal TRANQUI! que el te mantiene a salvo ;) beoss Gordi!!!! espero el próximo!

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  17. Aaaaaaahhhhh sisisisisi Peterrrr <3 Jajajaja qe vergüenza yo no podroa decírselo u.u jajajaj Me encantoooo

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