CHICAS VA LLEGANDO LALITER... SI QUIEREN MAS SUPEREMOS LAS 20 FIRMITAS!!!
CAPITULO 29
Juan Cruz Torre
estaba sentado en su coche, con mirada fría y ardiente al contemplar a la mujer
que se dirigía al club. ¿De dónde diablos había salido? Tenía que haber estado
dentro de algún coche, y en la oscuridad no había reparado en ella.
Lo importante
no era si había visto algo o no, sino cuánto había visto, y cuánto había
comprendido. Estaba oscuro, resultaba difícil distinguir los detalles y no se
había producido ningún ruido fuerte que hubiera podido alarmarla. Si Teo no
hubiera intentado llamar a la pareja que se acercó en el coche, no habría
habido nada que ver. Pero, maldición, en cuanto vio a Torre salir del coche
supo que iban a matarlo, así que ¿qué tenía que perder? Torre no censuró a
aquel hijo de puta por intentarlo. Era una lástima que el «Colega» fuera rápido
como el rayo con aquella navaja; Teo no emitió más que un leve quejido.
Ella no los
conocía; era evidente que no había notado nada fuera de lo normal. Pero
constituía un cabo suelto, y a Torre no le gustaban los cabos sueltos. Su plan
original era meterle a Teo por el gaznate suficiente GHB como para matar a tres
hombres, lo cual habría sido un fin apropiado para aquel cabrón. Incluso había
decidido abandonar el cadáver donde pudieran encontrarlo antes de que se desintegrase
el GHB, y así la policía sabría exactamente qué era lo que lo había matado.
Pero ahora ya no podía hacerlo, y menos con el tajo que tenía en la garganta;
además, había sangre en el aparcamiento, si es que alguien se molestaba en
mirar.
Si ella fuera
una asidua de aquel local, tal vez hubiera reconocido a Teo, tal vez lo
conociera, y tal vez recordara demasiado cuando se enterara de que le habían
rebanado el cuello.
No había visto
de qué coche había salido, pero podría deducirlo. Se bajó de su automóvil y fue
hasta aquella parte del aparcamiento, se agachó en cuclillas para no ser visto
y apuntó rápidamente los números de las matrículas. Pensó en la posibilidad de
entrar en el local e intentar buscarla. Tenía el pelo rubio y llevaba un
vestido rojo; se había fijado en eso cuando se abrió la puerta. Sería fácil de
localizar.
Pero le había
dicho a Jimmy que aquella noche no estaba libre, y ahora que Teo estaba muerto
no quería presentarse allí después de todo, y situarse en la escena en la que
se había visto a Teo por última vez.
Torre dejó
escapar un suspiro. Tendría que quedarse sentado allí fuera y esperar a que
saliese la mujer, y luego seguirla hasta su casa. Necesitaba supervisar lo que
se hacía con los restos de Teo, pero no podía estar en dos sitios a la vez. Iba
a tener que fiarse de que el «Colega» y el compinche de éste fueran lo bastante
listos para saber dónde arrojar el cadáver. Al fin y al cabo, sus culos también
corrían peligro. Su prioridad tendría que ser encargarse de aquella mujer.
~~~~*****~~~~
Aquella noche
el Buffalo Club estaba todavía más abarrotado que la semana anterior. Lali
permaneció allí de pie por espacio de unos minutos, dejando que sus sentidos se
adaptaran al ruido abrumador de las voces y de la banda que cantaba a voz en
grito algo de que un tal Eari tenía que morir, una canción que muchas de las
clientas femeninas del local coreaban junto con la banda. Un hombre, que
probablemente se llamaba Barí, debió de ofenderse con la canción y lanzó su
cerveza contra los músicos, lo cual explicaba el alambre que rodeaba el
escenario. Dos tipos enormes convergieron contra en lanzador de cervezas, y Lali
se alegró cuando vio que lo acompañaban hasta la puerta. Acababa de llegar, y
quería poder bailar unos cuantos temas antes de que se iniciara una pelea.
—Eh, cariño, ¿te acuerdas de mí? —dijo un hombre que apareció a su lado.
Un brazo la ciñó por la cintura, y al instante se vio empujada hacia la
atestada pista de baile.
Levantó la
vista para mirar al hombre alto y rubio, que pretendía dejarse un bigote al
estilo de Alan Peterson.
—No —dijo.
—Oh, vamos. Estuvimos bailando la semana pasada...
—No —repitió Lali tajante—, no
estuvimos bailando. Bailé con Jeff, Denny, Rúben y Steven, pero tú no eres
ninguno de ellos.
—En
eso tienes razón —replicó
él alegremente—. Yo me llamo Harley,
como la moto. Bueno, si la semana pasada no bailamos, pues bailemos esta
semana.
Como ya estaban
en la pista de baile, aquello pareció una buena idea. Eari había muerto ya, y
la banda tocaba otra cosa que no requería que la mitad del público corease la
letra. La gente giraba y se inclinaba, así que Lali también giró y se inclinó,
su mano en la de Harley, su falda de vuelo flotando alrededor de las piernas.
La canción siguiente fue «Kentucky Rain» de Elvis Presley, y Harley le retuvo
la mano para bailar aquel tema.
—Dime, ¿cómo te llamas? —le preguntó el hombre, recordando por fin que no lo
sabía.
—Lali.
—¿Estás con alguien? ¿Puedo invitarte a una copa? Santo cielo, ¿sería uno de aquellos
hombres contra los que la había advertido el jefe Lanzani?
—Estoy con unas amigas. —Hizo un leve gesto para señalar el intrincado
laberinto de mesas, porque le pareció un mentira apropiada, y agregó—: Gracias, pero en este momento no me apetece
beber nada. He venido a bailar.
Él se encogió
de hombros.
—Por mí, bien. Creo que voy a sentarme un rato.
Y desapareció
tan bruscamente como había aparecido. Lali miró a su alrededor. Hasta el
momento, sin contar con el hombre cuyos testículos había aplastado, había
conocido a seis hombres, y ninguno de ellos la había atraído de verdad. A lo
mejor estaba siendo demasiado escrupulosa, aunque en realidad no veía cómo;
había bailado con todo el que se lo había pedido.
Divisó a Rúben
en la pista, y él la saludó con la mano. Tal vez le pidiera de nuevo que
bailara con él; había sido el que mejor bailaba de todos.
Y entonces —oh,
no— lo vio: el tipo grandote que la había sentado sobre sus rodillas. Él la
reconoció casi al mismo tiempo y por su rostro cruzó una expresión de horror
antes de dar media vuelta y alejarse.
Lali sintió
deseos de hacer lo mismo, darse la vuelta y fingir no haberlo visto, pero la
aguijoneó la conciencia. Él no debería haberla agarrado, y ella no tenía
intención de hacerle daño, pero de todos modos él había sufrido muchísimo y
ella le debía una excusa.
Decidida,
empezó a abrirse paso por entre la multitud procurando no perderlo de vista. El
tipo parecía dirigirse con idéntica decisión hacia el lavabo de caballeros,
exactamente como si intentara esconderse de ella, aunque por supuesto tenía que
estar equivocada con aquella impresión. Estaba en un club, probablemente habría
bebido demasiado, así que era muy razonable que tuviera que orinar.
Sin embargo,
consiguió llegar al pequeño vestíbulo que conducía a los lavabos antes de que
lo alcanzara Lali, y desapareció tras una puerta llena de arañazos como alma
que lleva el diablo. Lali lanzó un suspiro y se abrió paso con dificultad entre
la maraña de gente sin hacer caso de una protesta (de una mujer) ni de una
invitación (un hombre); se sentía igual que un salmón luchando por nadar
contracorriente. Pero al fin logró llegar a la pared que estaba junto a los
lavabos, donde se afianzó sobre sus pies para defenderse de todos los roces y
empujones, y aguardó.
Pareció transcurrir
una eternidad, y tuvo que rechazar otras tres ofertas para bailar, hasta que
por fin su presa apareció en el vestíbulo oteando el horizonte.
Lali respiró
hondo, dio un paso al frente y lo tocó en el hombro. Para ser un tipo
corpulento, desde luego sabía saltar. El tipo se apartó de ella como si se
tratara del Anticristo, con su carnoso rostro congestionado.
—No se acerque a mí, señora.
Lali se quedó
estupefacta; aquel hombre parecía tenerle auténtico miedo. Parpadeó, e intentó
tranquilizarlo.
—No voy a hacerle daño. Sólo quería pedirle disculpas.
Ahora le tocó a
él el turno de parpadear. Dejó de retroceder.
—¿Disculpas?
—Siento mucho haberle hecho daño. Fue un accidente. Lo
único que intentaba era levantarme, y puse la mano justo donde no debía. De verdad
que no fue mi intención aplastarle las... —Cielo santo, no podía pronunciar la palabra
«pelotas», que parecía ser el término más popular, y tampoco quería llamarlas
«chismes», ya que, después de todo, estaba intentando mostrarse un poco más
madura respecto de aquellas cuestiones—. ...los
testículos —terminó, poniendo más énfasis en la palabra del que pretendía.
Él se encogió
como si lo hubieran golpeado, y Lali se dio cuenta de que había dicho la última
palabra en tono lo bastante alto como para que, a pesar del ruido de la
orquesta, lo oyeran las personas que estaban más cerca, que habían vuelto la
cabeza. El rostro del hombre se congestionó aún más.
—Disculpas aceptadas —musitó—. Y
ahora, aléjese de mí. Lali tuvo la impresión de que el tipo podría haber
sido un poco más amable, teniendo en cuenta que todo aquel episodio había sido
culpa de él; si él no la hubiera agarrado como si tuviera todo el derecho de
obligar a una mujer desconocida a sentarse en sus rodillas, nada de aquello
habría sucedido. Ligeramente indignada, abrió la boca para decírselo, pero de
repente se materializó a su lado una figura alta y oyó una voz profunda decir:
—Yo me encargaré de mantenerla alejada de usted. Y sin más, le gustase o no, el jefe Lanzani
la levantó del suelo igual que había hecho la última vez en aquel mismo local y
se la llevó, no al exterior, sino a la pista de baile.
INMITA: ¡¡PRIMERA EN FIRMAR!! MUY RECOMENDADA SU NOVELA. ¡¡ES PRECIOSA!!
LAURA: PASE POR EL BLOG Y ME ENCANTÓ!! GRACIAS POR RECOMENDARMELO!!
RUTY_LU: QUE BUENA TU ANECDOTA JAJAJAAJAAJAJ
FIRMEN!!!
EN UN RATO MASSS
LAS QUIERO
FATY***
jaja me da risa Lanzani le sigue los pasos, lali la tiene complicada le agarraron la matricula y no para bien, es intrigante y los quiero ya en accion a esos dos(la bibliotecaria y el jefe de policia)jaja
ResponderEliminarLanzani siempre cerca,no se q busca hombre ella si ya lo tiene,JAJA!
ResponderEliminarJAJAJAJAJAAJAJ DIOS LANZANI SIGUE A LALI A TODOS LADOS AJAJAJAJ POR FAVOR QUE NO LE AGAN NADA A LALI POBRE SEÑOR SE QUEDO TRAUMADO AJJAJAJAAJAJJAJA
ResponderEliminarNOO DIOOOS ASS NOVELA PORFAAAAA
DULCE
El jefe Lanzani se está convirtiendo en su sombra! jajaja
ResponderEliminarMe encanta!!
Quiero más!!
Lore456
Mmmm 20 firmas dijiste???...
ResponderEliminarAyudo con unas porque quiero más!!!
Se está poniendo buena!!
Lore456
Otra más!!
ResponderEliminarLore456
Y otra!!
ResponderEliminarLore456
Y otra más!!!
ResponderEliminarLore456
mmmm sigo???
ResponderEliminarBoe... una más!! jejej
Realmente me gusta la historia, es una lástima que no firmen todas!!!
VAMOS GENTE!!! A FIRMAR!!!!. No cuesta nada!!
Quiero más!!!
Lore456
Jajaja lali se encuentra a lanzani hasta en la sopa
ResponderEliminarSiii! Parece casi que Peter la sigue! Se encuentran en todos los lugares!!
ResponderEliminarMas nove!!
Fresy07
Espero que Torre no encuentre a Lali! Ella es tan ingenua!!
ResponderEliminarFresy07
Otro capitulo!!
ResponderEliminarFirmen!! Mas nove!!
ResponderEliminarjaja ¿Peter como mantendra Lali alejada del hombre? jajajaja
ResponderEliminarAhora empieza a desarrollarse la historia! Torre empieza a buscar a Lali y Peter tendra que protegerla :D
jajajaja espero el proximo
Besos
Giada
wwwooooowww baile baile baile
ResponderEliminarva a decirle a Peter de todo seguro jajajaja
ResponderEliminar"no se acerque a mi señora" jajajajajajajaa
ResponderEliminarni que fuera el demonio por favor jajajajaja
ResponderEliminarde verdad Juan Cruz Torre la va a esperar????????? ay Dios miooo por favor que no la reconozca
ResponderEliminarTeo eliminado.
ResponderEliminarjajaj siii peter ♥
ResponderEliminarmasssss
me parece que deberiamos cambiar de lugar para ir a bailar Lali! que si sigues así los mafiosos te van a atacar jajajaj igual mientras que tengas a tu salvador y heroe personal TRANQUI! que el te mantiene a salvo ;) beoss Gordi!!!! espero el próximo!
ResponderEliminarAaaaaaahhhhh sisisisisi Peterrrr <3 Jajajaja qe vergüenza yo no podroa decírselo u.u jajajaj Me encantoooo
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