FOTITO DE LALI HOY EN "LA PELU" ESTUVO MUY GRACIOSO
CAPITULO
42
Al igual que su
propio despacho, el del alcalde tenía dos entradas: una a través del puesto de Luna,
situado fuera, y otra por una puerta privada y sin cartel que se encontraba un
poco más adelante en el pasillo. Ahí las cerraduras eran mucho mejores que las
del departamento de aguas.
Peter decidió
utilizar la puerta de Luna, basándose en la teoría de que ella podría pensar
que se la había dejado abierta sin darse cuenta. Repitiendo el proceso que
había empleado en el departamento de aguas, extrajo un pequeño juego de puntas
y ganzúas de su bolsillo y a continuación se puso la linterna en la boca, se agachó
en cuclillas y empezó a trabajar. Se le daba muy bien forzar cerraduras,
aunque, desde que se mudó a Hillsboro, no se había visto en la necesidad de
forzar ninguna. Cuando le preguntaban por su formación en Operaciones
Especiales o por la acción que había presenciado, nunca le preguntaban
por ninguna preparación especializada que hubiera recibido además de la
convencional. Siempre le quitaba importancia a la parte de la acción —diablos,
no era un Rambo, no lo era ninguno de ellos, aunque siempre había unos cuantos
que se perdían en la mística de la profesión— y se guardaba para sus adentros
parte del entrenamiento, porque le parecía, más inteligente reservarse
algo para sí.
La cerradura
cedió en unos treinta segundos. Los ciudadanos normales se alarmarían si vieran
lo fácil que era abrir una puerta cerrada con llave; creían que lo único
que había que hacer era girar la llave, y ya estaban a salvo. Por desgracia,
las únicas personas de las que estaban a salvo eran las que obedecían las leyes
y respetaban las puertas cerradas. Un maleante rompería una ventana o daría una
patada a la puerta; Peter sabía que incluso se metían por debajo de las casas y
serraban agujeros en el suelo. Los sistemas de alarma y las barras contra
ladrones estaban bien, pero cuando alguien se empeñaba en entrar, encontraba el
modo de hacerlo.
Él mismo, sin
ir más lejos, allanando el despacho del alcalde. Peter sonrió al cruzar en silencio frente al puesto de Luna,
con la linterna enfocada hacia abajo para que no se viera el haz de luz por las
ventanas, y probó la puerta que daba al despacho del alcalde. No estaba cerrada
con llave; eso podía significar una de tres cosas: que Charly no tenía nada que
ocultar, que era lo bastante descuidado como para no merecer vivir, o que se
había cerciorado de que allí no hubiera nada sospechoso que ver. Peter abrigó
la esperanza de que fuera la primera de las tres alternativas, aunque en el
fondo pensaba que era la tercera. Trabajando rápido pero de modo sistemático,
examinó la papelera y encontró uno arrugado con el número de la matrícula de Lali
escrito a mano, pero nada más de interés. Estiró el papel; era una hoja del
cuaderno que llevaba el nombre de Charly Nolan impreso en la cabecera, el mismo
cuaderno que descansaba ahora sobre la mesa. Así pues, dedujo que el alcalde se
encontraba en su despacho cuando alguien lo llamó para pedirle que consultara
aquel número de matrícula.
Una rápida
inspección del escritorio del alcalde no arrojó ningún resultado. Examinó el
despacho, pero no había archivadores, sólo muebles. Todos los archivos estaban
en el puesto de Luna. Sin embargo, sobre el escritorio de Charly había dos
teléfonos. Uno era el de la oficina, con una lista de extensiones al lado; el
otro tenía que ser una línea privada, para que Charly pudiera hacer y recibir
llamadas sin que lo supiera Luna.
Era una
probabilidad muy remota, pero Peter se sacó una diminuta grabadora del
bolsillo, pulsó el botón de «Rellamada» del teléfono privado y luego sostuvo la
grabadora delante del auricular, grabó los tonos y colgó a toda prisa. Tenía un
amigo que era capaz de escuchar los tonos y decir qué número se había
marcado. A continuación marcó ""69 y anotó el número que le
proporcionó el ordenador. No era una centralita local, así que la última
llamada que había recibido Charly no fue de su esposa para preguntarle a qué
hora iba a ir a cenar. Peter arrancó unas cuantas páginas más del cuaderno para
asegurarse de que no quedase ninguna marca de lo que había escrito, hizo una
bola con ellas y las tiró a la papelera. Ésta se vaciaría antes de que Nolan
llegase al trabajo, aunque no era probable que el alcalde revisara su propia
basura, teniendo en cuenta que no contenía nada interesante excepto el número
de matrícula de Lali, que también devolvió a la papelera.
Aquello era
todo lo que podía hacer de momento. Sacó un pañuelo y limpió con cuidado todas
las superficies que había tocado antes de salir de nuevo a través del puesto de
Luna. Regresó al túnel del sótano y subió a su despacho, donde volvió a ordenar
todos los papeles que había esparcido por su escritorio para que Amparito no se
diera cuenta de que había estado allí en su ausencia, apagó la luz y cerró con
llave. Todo quedó tal como se lo había encontrado.
Salió por la
parte de atrás. Había un poco más de ajetreo que antes; un agente había traído
a un conductor borracho, un tipo grandullón que medía como uno noventa y cinco
y pesaría unos ciento cincuenta kilos. Cuando Peter apareció en la puerta,
tanto el sargento Wylie como el agente lo miraron, momentáneamente distraídos,
y el borracho vio la oportunidad de escapar. Arremetió contra el agente embistiéndolo
con el hombro y lo lanzó por los aires; a continuación agachó la cabeza y cargó
directamente contra el estómago de Wylie.
Hacía bastante
tiempo que Peter no veía un poco de acción. Lanzando un grito de alegría, se
unió a la melée.
Hizo falta la
fuerza de los tres para someter al grandullón, y tuvieron que recurrir a
emplear cierta brutalidad para dominarlo. Menos mal que el tipo estaba
esposado, de lo contrario alguien habría resultado herido. Una vez que lo
tuvieron en el suelo y atado de pies y manos, el sargento Wylie se tocó las
costillas e hizo una mueca de dolor.
—¿Tiene algo roto? —le preguntó Peter limpiándose la sangre de la nariz.
—Creo que no. Sólo contusionado. Pero hizo otro gesto de dolor al
tocarse. —Vaya a que lo examinen. Ya me
encargo yo de esto. El agente, Enoch Stanfield, tenía un labio hinchado y
un ojo que se le estaba inflamando por momentos. Temblaba ligeramente debido a
la sobrecarga de adrenalina mientras empapaba el pañuelo en agua y se lo
aplicaba sobre el ojo.
—Dios, me encanta este trabajo —dijo con un hilo de voz—. En ningún otro sitio tendría la oportunidad
de divertirme todos los días. —Miró a Peter—. Daba usted la impresión de pasarlo bien, jefe.
Peter contempló
al descomunal borracho, que se había quedado dormido casi en cuanto lo ataron
de pies y manos. De su boca abierta salían tremendos ronquidos propios de
Gargantúa.
—Vivo para ver días como éste. —Peter también se sintió agotado de
pronto, aunque no temblaba como Stanfield.
Tuvo que llamar
a otro agente para que los ayudara a arrastrar al borracho hasta el calabozo
donde dormiría la borrachera. También hizo venir a uno de los sanitarios para
que lo examinara y se asegurara de que estaba bien, de que no sufría un coma
insulínico o algo así, aunque el análisis de alcoholemia indicó que simplemente
tenía una cogorza de campeonato, un diagnóstico con el que coincidió el
sanitario. A Stanfield le pusieron hielo en el ojo y le dieron un punto en el
labio, y a Peter también le pusieron hielo en la mano izquierda, que se le
estaba empezando a hinchar. No tenía ni idea de lo que había ocurrido
exactamente para hacerse daño en la mano, pero así eran las peleas: uno se
metía en ellas sin más y hacía inventario después. Para cuando lo tuvo todo
organizado, incluido un sustituto para Wylie durante lo que quedaba de turno,
ya eran casi las diez y media; allí estaban los agentes del tercer turno para
ocupar sus puestos, los del segundo turno estaban todos excepto Wylie, y del
primer turno había un par de hombres que habían oído la algarabía por sus
aparatos y acudido a echar un vistazo. Al fin y al cabo, no todos los días
participaba el jefe en una detención por alcohol e indisciplina.
—No hay forma de evitar que Amparito se entere de lo
que ha pasado —dijo con
gesto grave, lo cual causó risas generalizadas.
—Se va a poner hecha una furia cuando sepa que usted
ha estado aquí sin ella
—comentó irónicamente el agente Markham, un veterano que llevaba veinte años en
el cuerpo.
Peter se dio
cuenta de que los hombres estaban disfrutando profundamente con aquella
situación. No era frecuente que aquellos policías comunes consiguieran ver a su
jefe tirarse al suelo y ensuciarse. Siempre habían mostrado una pizca de
reserva que no se debía solamente a la diferencia de rango, sino a que él fuera
forastero. El hecho de que se hubiera puesto a forcejear con un borracho
corpulento hizo que lo consideraran uno de ellos, un policía normal a pesar de
su rango.
Y para colmo,
tenía que volver a casa andando. Podía haber pedido a uno de sus agentes que lo
llevara en su coche, pero en tal caso habría tenido que buscar una explicación
razonable de por qué había ido andando hasta el departamento, y no quería
enfrentarse a aquello.
La casa estaba
tal como la había dejado. Nada parecía alterado ni fuera de su sitio. Fue
directamente al teléfono y llamó a información para ver si podía obtener el
número de la línea privada del alcalde en el ayuntamiento. El número no figuraba,
lo cual no lo sorprendió. Acto seguido llamó a Gastón Dalmau, el cual contestó
al tercer timbrazo con un soñoliento «Diga».
—He logrado cambiar la dirección —dijo Peter—. Y usado el servicio de devolución de llamada de la línea privada del
alcalde para averiguar quién había sido el último que lo había llamado y el
botón de rellamada para grabar los tonos del último número que había marcado.
—Ha estado usted muy atareado.
Gastón pareció
estar ya más despejado.
—Esto nos da dos nombres que comprobar. ¿Cree que le
será posible averiguar el número privado del alcalde y conseguir también
esos datos?
—¿También? Me está pidiendo que consiga datos
telefónicos de tres números.
Lo afirmó como
un hecho.
—¿Para qué otra cosa sirve tener un amigo federal?
—Va a conseguir que a este amigo federal lo pongan de
patitas en la calle.
—Pienso que mi amigo federal se lo debe a Lali.
Gastón lanzó un
suspiro.
—Tiene razón. Está bien. Veré qué puedo hacer, quizá
pida algunos favores. Aunque esto es completamente extraoficial.
A continuación,
Peter llamó a Lali, aunque un rápido vistazo al reloj le indicó que ya eran
poco más de las once. Probablemente se habría ido a la cama a las diez en
punto, pero después de todos los esfuerzos que había hecho por ella aquel día,
pensó que se merecía por lo menos una breve charla.
—Diga. —Por la voz no parecía estar dormida; sonaba cansada, pero no dormida.
—¿Ya estás en la cama?
—Todavía no. Ha sido una noche... llena de emociones.
—¿Por qué? ¿Qué ha ocurrido?
GIULA: ¡¡¡PRIMERA EN FIRMAR!!!
RUTH: LA PAGINA DE TODODECRIS ES MUY BUENA TODA LA INFO TE LA PONEN AL INSTANTE :-)
LINA MONTOYA: ESPERO QUE FIRMES MAS A MENUDO! JEJE! UN BESOOTE
GRACIAS A TODAS!
NO DEJEN DE COMENTAR
LAS QUIERO
FATY****
yaya vamos a comentar ajajja
ResponderEliminarhey que es eso de la llena de emociones? peter hoy estuvo en accion eh..bien por el..vive para estas cosas! gaston y peter colaboran y por ahora esto esta bien, esta mas que claro que aca alguien esconde algo..no se quien: gaston charlie lali peter o todos pero me gusta el misterio asique, bien asi!! me re gusto el cap aunque me quede un poco asi digamos de desconcertada por eso de las emociones..y ese que ha ocurrido es de celoso? ajjaja te descubrieron lanzani ajajaj bueno que decir mas? gracias por publicar! te mando un abrazo gigante te quiero! Giulia
EliminarMas mas mas mas me encanta @mely1803
ResponderEliminarEl día d Peter bastante ocupado,jajaja,pero parece k la noche d Lali, nos va a sorprender,llena d emociones y ella esta cansada .
ResponderEliminarChan... a qué lo dice por el cachorrito!
ResponderEliminarQuiero más!
Lore456
Ojalá continúes pronto, me gusta esta novela :D
ResponderEliminarhttp://begoniavioleta.blogspot.com.es/
Noche llena ade emociones?A q se referirá?Ya quiero seguir leyendo!
ResponderEliminarSiguela esta cada vez mas buena
ResponderEliminarY si voy a firmar mas seguido!
ResponderEliminarTodo el capi espere la llamada de Peter a Lali y cuando llego se termino el capi.. ¬¬ jejeje
Me encanto el Peter en acción, algo que me encanta de leer es que podes crear los personajes y fue demasiado chistoso imaginarme al borracho de grandes proporciones!
Insisto es un tierno peter por todo lo q hace pro ella!! No fue nada hrave no? Más!!
ResponderEliminarme encantaa masss ♥
ResponderEliminarLali esta esperimentando lo que es ser mama, el perrito no la a dejando dormir todavia verdad?
ResponderEliminarHola!! primero que nada, me encanta la novela!!!!!
ResponderEliminarSegundo las fotos de tu barner del blog de qué capitulo son? porque me viene un leve recuerdo y quiero ver la escena y me maté buscando y no lo encontré...
Gracias!!!
vik135
Interesante, parece que no solo el tiene "acción" es esta novela jajajaja
ResponderEliminarPeter si que se preocupa por Lali y ya quiero más nove me dejaste con la intriga con lo de noche de emociones.
ResponderEliminarMasi_ruth
Quiero saber ya lo que le ha pasado a Lali...eres mala eh? siempre nos dejas con las ganas de mas...Te adoro Faty
ResponderEliminary nos dejaste con la intriga de la noche llena de emociones de la lali eh?¿
ResponderEliminarme encanto ver a peter en acción y medejaste con la intriga
un besazoo maaaaaaas noveeeeeee
Espero qe no le haya pasado nada a Lali :/lavar todo por lo qe paso Peter para protegerla mas tierno, ahora falta qe admita qe se enamoró y soy feliz jaaja :p me encantoo a capaz qe fue una noche movida por el perrito nuevo ;D un besooo :)
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