viernes, 23 de septiembre de 2011

Capitulos XXXI, XXXII, XXXIII & XXXIV de "A pesar de todo"



CAPITULO XXXI: LA CONFIANZA

-          ¿Qué me ha pasado Ro? Había… -no pude seguir hablando porque me subió un asco por el estomago y eché todo lo que tenía por echar y más. Mi amiga al verme y en su estado le repugno tanto que se puso al compás mío. Nuestra situación era la siguiente, una rubia y una morocha con todos los pelos por la cara tapándonos y arrojando hasta la primera papilla. El señor que acompañaba a Rochi, que aun no sabía quién era, entró por el escándalo y el pobre señor no sabía a quién de las dos atender. Ahora recordamos esa anécdota y nos reímos, pero en el momento fue muy violenta. Tras unos minutos así y después de recoger algo del lio que armamos continuamos hablando…- lo siento Rochi…
-          No te preocupés amiga…lo mío es normal, me dio mucho asco jaja! –yo sonreí débilmente pero tenía todavía esas preguntas rondándome mi cabeza-
-          Había…había periodistas… -le pregunte aun sin saber qué carajo había pasado-
-          Tranquila amiga, tenemos que volver a casa y vos hacerte un chequeo y no vale un no por respuesta. Cuando te sientas decidida andá a hablar con el…
-          ¿Tú sabes que pasa no? –le pregunte con mi cabeza más despejada-
-          Quien te tiene que contar es el amiga…en eso quedaron…
-          Si…es lo mejo… ¿nos podemos ir a casa?
-          ¡Dale! –se toco la panza al incorporarse-
-          Estas guapísima –ella me sonrió y yo le acaricie su pancita a penas notoria- y ya se va notando –le sonreí, le di un beso y un abrazo y le susurre al oído- gracias por estar conmigo
-          Te quiero mucho amiga –me respondió ella-
-          Yo también te quiero

No sé ni cómo llegamos a mi casa. Después de dos meses volvía a ver todas mis cosas. Rochi me ayudo a dejar la maleta y espero a que me duchara e higienizara. Estuvo un rato conmigo mientras a mí se me escapaban esas lágrimas rebeldes, ella me repetía una y otra vez que me tranquilizara y que la única solución que tenia era hablar con él. Dos horas después me llamo pero no pude contestarle, eso fue motivos de más lágrimas.
Ella como buena cuida que es, me pidió cita en mi médico para revisarme, porque otra vez volvía a tener unas decimas de fiebre, al día siguiente tenía que ir temprano a mi doctor. Encima que estaba muerta por el viaje tenía que madrugar, ¡pero cualquiera se opone a una orden de Rochi!
Al día siguiente con toda la pereza que tenia me levante muy temprano, ya me encontraba mucho mejor de la fiebre y el estomago. Me puse otro vestidito esta vez con bastantes coloridos y mis zuecos en rosa palo, porque el vestido también tenía ese color.
Revise mi móvil y pude comprobar que Peter me llamo varias veces, cosa que nunca me entere, había un sms de él. “bebe me preocupa que no me atiendas, llamáme por favor. Te amo” ¡que caradura por favor! Me puse mal por un momento, pero me prohibí a mi misma volver a llorar, agarre todas mis cosas, las llaves de mi precioso auto que hacía dos meses que no manejaba y me fui de mi casa, obvio que Rochi venia conmigo.
Por suerte con ese mensaje pude comprobar que Peter no sabía nada que había vuelto y era mi oportunidad para ir a su casa y hablar con él.
Pero primero lo primero, como dice mi amiga. A las 7 de la mañana me dirigía al médico con ella. Fui tan temprano porque dos periodistas se encontraban haciendo guardia en mi casa, ¡POR FAVOR NI QUE FUERA LA PRINCESA LETIZIA! Conseguimos esquivarlos y llegar a la clínica. Después de algunas preguntas un poco incomodas para mí y algunos análisis que tendría que recoger en un par de días, tenía que dejar a mi amiga en el centro y yo marcharme para Belgrano. Cuarenta minutos estuve metida en el auto por el puto tráfico, llegue al barrio, donde di algunas vueltas hasta encontrar la casa. Solo había ido un par de veces con Peter y eso sumado a mi mal sentido de la orientación no sabía llegar. Por fin la encontré, estacioné mi escarabajo hermoso y ande esos pasos hasta la puerta de su casa. Tengo que reconocer que estaba bastante nerviosa porque seguramente iba a estar la mama allí. Ahora me arrepentía de no haberla conocido antes.

10:30 AM PUERTA DE LA CASA DE PETER

-          Toco o no toco… -llevaba cinco minutos en la puerta y no me atrevía a tocar, hablaba yo sola en medio de la calle- va… yo me mando… -llame al timbre y al cabo de dos minutos respondieron-
-          ¡Sí!
-          ¿Se encuentra Peter? –dije con mis mejillas más que coloradas y muy cortada-
-          Si sos una fan ya les dije que no pueden venir acá siempre! Hay que tener un poco de respeto chicas –dijo la voz de la mujer por el otro lado. Me quede muda, por lo que me dijo pero por suerte pude reaccionar rápido-
-          ¿Eh? ¡No! ¡No! No soy una fan. Soy Mariana, emm… ¿se encuentra él?
-          Ay! ¡Disculpáme cariño no fue mi intención, ahora mismo te abro báncame!
-          Si, por supuesto! –a pesar de lo triste que me llevo a ir a ese lugar, no pude evitar reírme ante esa situación divertida. Pero dos minutos después escuche como abrían la puerta. Los nervios estaban que explotaban y la sonrisa desapareció. Cuando esa puerta se abrió, pude vislumbrar una señora de unos cuarenta y pico años, rubia, muy linda y muy bien vestida, se veía que era una mujer muy elegante.
-          Hola! –dije cortada-
-          Hola –me dijo la mujer sonriente- vos sos Lali ¿no? –yo asentí- hay por fin te conozco cariño, yo soy Claudia –la señora me dio un beso en la mejilla en señal de saludo-
-          Un gusto señora
-          No, que señora! Claudia para vos! –me sonrió- pasa por favor!

Entre a la casa, era una casa muy bonita, con un lindo jardín y se lo hice saber, soy muy cortada pero de que me dan confianza me suelto en seguida y esa señora me la había dado.


CAPITULO XXXII: ¿QUE ME HICISTE PEDRO?

Después de admirar su jardín me hizo pasar adentro. Era una casa grande, bonita, decorada a estilo antiguo pero con un gusto exquisito, tenía un rico olor a jazmines, supuse que era el ambientador. Me hizo pasar hasta el living, amplio, televisión enorme, sillones grandes, mesa, cuadros, alguna que otra foto de la familia y un hermoso ramo de rosas de color rosa adornando la mesa.
Claudia, me ofreció desayunar ya que era un poco temprano, pero yo rechace, no me apetecía nada.

-          Esperáme acá que aviso a Peter que viniste –me dijo la mujer muy amablemente-
-          ¡Vale! ¡Muchas gracias! –le sonreí-

Pasaron unos minutos cuando volvió al living Claudia.

-          En seguida baja, estaba durmiendo
-          Ui! No tenía idea me hubieras dicho y lo hubiera visto después –dije apenada-
-          ¡No te preocupés!  Ya es hora de levantarse, además se que llevan un tiempo sin verse –yo solo me sonroje y sonreí a lo que ella me respondió-
Estuvimos varios minutos hablando, la verdad es que la madre de Peter es muy amable y en ningún momento me sentí incomoda.
En el momento en que la mujer se dirigió a la cocina a por un vaso de zumo que me insistió en tomar, apareció Peter, su cara solo me daba muestra de felicidad y sorpresa por verme allí. Yo no sabía que pensar, si era verdad, o era mentira lo que me dijeron. Un segundo después de verlo aparecer lo sentí abrazado a mí.

-          Mi amor! ¡¿Que hacés acá?! ¡te extrañe mucho bebe! –me agarro con sus manos mi cara y comenzó a darme picos, que yo no respondía pero tampoco sabía cómo despegarme de él. Peter se dio cuenta… - ¿mi amor que paso? ¿Estás bien? –me miraba  a los ojos, esos ojos verdes con marrón que me transmitían preocupación-
-          Tenemos que hablar Peter –le dije seria-

No me pudo responder porque volvió su mama con el jugo, vio que había interrumpido nuestra conversación y la pobre se excuso y nos dijo que se marchaba de la casa a un lugar, un pretexto para quedarnos solos. Indirectamente habíamos echado a la mujer de su propia casa, yo me sentí mal pero Peter se lo agradeció con la mirada.
Después de varios minutos en silencio, había llegado la hora de hablar y el rompió el hielo comenzando la conversación, ambos nos encontrábamos sentados en uno de los sillones enfrentados.

-          ¿Gorda que pasó? ¡Me preocupas! ¡Estás muy pálida mi amor! –en ese momento volví a marearme y al sentir el mareo cerré los ojos, el se dio cuenta y me abrazo rápido, pude volver a sentir el olor de su perfume y su respiración muy pegado a mí- ¿bebe que te paso? –logré separarme de él y bebí un sorbo de ese zumo, me empecé a encontrar mucho mejor-
-          Nada, un simple mareo, estoy un poco resfriada ¿podemos hablar ya?
-          ¿Como un simple mareo Lali? ¡Me estas cargando! ¡estas blanca como un papel!
-          ¡Ya basta Peter! ¡Estoy bien! ¿Ahora dime tú que paso aquí? –de que se me paso el mareo pude reaccionar y la verdad es que estaba muy enojada con él, así que le salté muy altanera-
-          ¿Qué paso de qué? ¡No entiendo gallega! –yo me saque y continué hablando-
-          Aterrizo en Buenos Aires, sin que nadie sepa de mi llegada solo Rochi y me encuentro una docena de periodistas acosándome y diciéndome “¿Qué hay de cierto de tu separación por Peter Lanzani? ¿Son ciertos los rumores de infidelidad por parte de él tras tu ausencia?” –le grite lo mismo que me dijo aquel periodista como si lo hubieran grabado en mi memoria como una cinta rallada- ¿Qué me hiciste Pedro? –las lagrimas estaban a punto de salir de mi rostro y mi puchero era aun más notorio, pero no quería quebrarme delante de él. Aun me miraba sorprendido, no mostraba otro rasgo en su cara-
-          Mi amor… -se acerco a mi- que…te juro –no podía hablarme- te juro mi vida que no te hice nada…
-          No puedo creerte Pedro –las lagrimas ya salían de mi rostro-


 CAPITULO XXXIII: DEMUESTRAME QUE ESO ES MENTIRA…

-          No puedo creerte Pedro –las lagrimas ya salían de mi rostro-
-          ¡Bebe no te miento! ¡Te juro por mi vida que no te miento! ¡No soy tan caradura de si he hecho algo mentirte, no podría, no me daría la cara mi amor! Me conocés creéme –se acerco a mi mirándome a los ojos y con sus ojos aguados, ambos lo estábamos pasando mal, pero yo no podía creerle… -Mi amor creéme… -siempre note en sus ojos la verdad o la mentira, es un hombre muy transparente con su mirada puedo darme cuenta de todo. Esa mirada me transmitía sinceridad, verdad en sus palabras y un inmenso dolor-
-          Demuéstrame que eso es mentira, no sé qué fue lo que hicieron pensar a la prensa que me habías engañado, no quise averiguarlo, quería que me lo explicaras tu. –el intento hablar pero yo no lo deje- cuando sepas todo y aclares todo, yo te voy a escuchar- seque mis lagrimas, me quería marchar de esa casa, me estaba ahogando- me tengo que ir Peter.
-          ¡No para Lali! Yo voy a averiguar todo pero no nos alejemos mi amor –empezaron sus ojos a enrojecerse, avisando algunas lagrimas-
-          No es un alejamiento… -respire hondo para que mis lagrimas cesaran- te estoy diciendo que averigües todo, lo aclares y luego me lo hagas saber, en ese momento será o no una separación –el me miro apenado- chau be…Peter –me sentía destruida, la mujer más infeliz del mundo. Me dirigía a la puerta cuando sentí sus manos cálidas en mis hombros haciéndome girar y quedando frente a él, tomo mi cara y me acerco a él, un par de lagrimas recorrían mi cara, que él se encargo de secar. Pego su frente con la mía, me miro con sus ojos muy profundamente…-
-          Te juro que antes de 48 horas te voy a ir a buscar y con la verdad…yo no te miento… Te amo –esto último lo modulo con esos labios hermosos que tiene. Yo me quede paralizada mirando su boca, sin previo aviso volví a sentir sus labios y sin darme cuenta yo le seguí aquel beso. No era un beso de reconciliación, pero sí de dos bocas extrañándose entre ellas por más de un mes…hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo y me separe, no forzosamente, pero él lo noto.
-          Me tengo que ir –mirando sus ojos, el asintió y volvió a pegar su frente con la mía, no sé porqué no podía separarme de él-
-          Te amo con toda mi alma –me dio un corto beso y se separo de mi. Yo conseguí reaccionar y salir de aquella casa-

Una vez subida a mi coche, no pude evitar largar mas lagrimas, conseguí recomponerme y me fui a mi casa, a que otra cosa sino que llorar.

4º DÍA DE MI REGRESO DE CHILE
Dos días habían pasado desde esa charla con Peter, como le dije a él no había averiguado el porqué de esas preguntas, quería la explicación de él, de eso trataba una pareja, de darse ellos las explicaciones, pero en nuestro caso tenían el inconveniente de la prensa. Por eso durante esos dos días no tuve ningún contacto con los medios de comunicación.
Lo único que hice fue llorar, hablar con Rochi y Sebas, ver películas románticas y comer chocolate, que era mi terapia en las épocas de bajón.
Peter supuestamente me explicaría todo y también el día en que debiera recoger los análisis de la clínica. No estaba preocupada por eso último, porque me puse mala por algo que comí en mal estado seguro. Después de ese día estaba bien, sin ningún síntoma malo.
Me encontraba en la clínica esperando mi turno y recibí una llamada. Esa llamada que esperaba hace dos días. Era él, prometió y cumplió. En 48 horas me llamaría y así lo estaba haciendo. Pero ahora sentía miedo, miedo a que cuando atendiera ese teléfono todo lo que construimos por estos meses se destruya. Pero no podía saberlo si no contestaba.

-          Si… -conteste intentando mostrarme tranquila-
-          Hola mi amor… -su voz sonaba triste, congestionada pero note algo de felicidad en ella-
-          Hola Peter… -dije aun mas cortada por esa palabra que hacía dos días que no escuchaba-
-          Te dije que hoy hablaríamos y por eso te llamaba. ¿Podemos vernos? –pregunto poco convencido, cosa que me hizo pensar lo peor-
-          Prometiste y cumpliste –una leve sonrisa salió de mi rostro- está bien dime hora y sitio
-          Te parece bien ahora mismo en tu depto?
-          No, ahora no puedo estoy…trabajando –tuve que mentirle porque no quería que se preocupe sin razón-
-          Está bien, entonces decime vos la hora
-          Te parece después de almorzar a las 16 o 17
-          Me parece perfecto, voy a tu casa.
-          Ok! Chau Peter
-          Chau bebe. TE AMO NO LO OLVIDES.

Corte la comunicación. El me dijo que me amaba, que no lo olvide, pero ¿se habrá olvidado él de lo que yo siento? ¿Qué yo si lo amo? ¿o me cago sin pensar en eso?


 CAPITULO XXXIV: LOS RESULTADOS

Media hora más en ese lugar, media hora interminable y por fin era mi turno. Ese doctor me atendía desde que vine a vivir aquí, era español, como yo. Tenía unos 30 años y a parte de mi doctor era amigo mío.

-          ¡Hola Mariana por favor pasa y siéntate! –me dijo mi doctor alegre como siempre-
-          Buen día Martín. ¿Cómo te va todo? –teníamos confianza, el era un chico joven y muy buena persona, algunas veces se unía a nuestro grupo de amigos junto a su esposa y un bebé rubio hermoso de dos añitos- ¿Carlitos como esta?
-          ¡Perfecto! El muy capullo, le tuve que comprar un fonendoscopio para jugar! –dijo divertido-
-          Jaja! Salió a sus papas entonces, le gusta la medicina –me divertía escuchar las miles de historias que me contaba de su niño, eran unos papas muy babosos-
-          Sí, pero creo que va a tirar por la rama de su mama, ginecología, no sabes lo que le hace a sus primas con las polleritas…jaja!
-          Jaja! ¡Es un divino tu hijo!
-          Bueno dejemos mejor mi vida y vamos a lo que nos incumbe, la tuya y tu estado de salud.
-          Perfecto –dije con una leve sonrisa- creo que lo que me paso fue un corte de digestión ¡y ya! Te advierto eh!
-          Ah! No sabía que eras doctora aparte de Trabajadora Social ¡eh! –me dijo burlándose de mí. Yo le sonreí sacándole la lengua, haciendo un gesto divertido. Había confianza. El mientras cogía mis resultados de una pila de papeles que tenía en un costado- haber… que tenemos aquí… -abrió el sobre, examino los resultados y la expresión de su rostro fue levantar una ceja-
-          ¡Bueno que tengo! ¡No me asustes! –ahora me estaba empezando a preocupar-
-          Haber…tienes todos tus valores bien, no tienes anemia, presión descontrolada, problemas de azúcar… -suspire aliviada- tienes…exactamente… ¡UN EMBARAZO DE MES Y MEDIO! –me dijo en tono de reto y felicidad-

Mi reacción…NO HUBO REACCION…no hice nada, no me moví, no pestañee, creo que se me olvido respirar y creo que el corazón se me paro durante un par de segundos.

-          ¡Ei Mariana! –paso su mano por mi cara para que dejara de mirar el punto fijo- ¿te encuentras bien? –pude reaccionar-
-          ¿Emb…emb…embarazo? –no lo creía, no lo esperaba y más en esta situación, que estábamos tan mal Peter y yo-
-          Si un embarazo... Que por cierto te tengo que retar! No te diste cuenta que tenias una falta? Y por favor dime que no bebiste alcohol en este tiempo... -negué con mi cabeza, estuve tan sumida en mi trabajo que no me dio tiempo ni a disfrutar de una buena fiesta. Además yo sentía mi cuerpo raro pero nunca imagine que fuera por eso...-

Después de un tiempo mas dándome recomendaciones en esa consulta y dándome cita para ir al día siguiente con su esposa, mi ginecóloga, me fui de aquel lugar a caminar y pensar.

      Dos horas estuve andando, intentando pensar y caer en la situación que se me venía encima. UN EMBARAZO... ¿Sería capaz de poder criar a un bebe? ¿Estaría preparada para ser madre? ¿Cómo lo tomaría Peter? Y sin previo aviso a mi mente llego una pregunta inesperada que me hizo darme cuenta de todo, cambiar mi humor. ¿Cómo será? Instintivamente me toque la panza, que obviamente estaba plana y una sonrisa se escapo de mis labios.

       Justo mire a mi alrededor y a partir de ese momento puedo decir que creo en las casualidades o mejor dicho, en el destino. Estaba en un shopping y mi vista se dirigió a la izquierda, había una tienda para bebe. Mi impulso me llevo a entrar y a mirar todo. Era toda la ropita tan tierna, tan chiquita... Paré en una sección que era muy graciosa, en ella se encontraba ropita de bebes de equipos de deportes.
Estuve mirando también, los patuquitos, gorritos, manoplas…todo de diferentes colores…eran hermosos…
Salí de aquella tienda y lo único que me acompañaba era una bolsa. No pude resistirme y compre algo, sé que es muy precipitado ¡pero no aguante!
Estuve en el shopping un ratito mas, comprando cosas que se me antojaron y chocolate…no sé porque me había dado por comer chocolate y me fui a mi casa. Comí un combo que traje de camino de Mc porque no tenía ganas de cocinar. Almorcé revisando unos papeles del hogar de niños que se abriría en Buenos Aires. Tras acabar, recogí todo, me cambie de ropa más cómoda y me tire al sofá a hacer pachorra y me puse a mira TV.
Eran casi las cuatro cuando sonó el timbre, el tenia llaves pero creo que llamar antes y en la situación que se encontraba nuestra relación fue lo mejor que hizo. Así fui a abrir la puerta y era él, obvio.

-          ¡Hola Peter! –aun no sabía cómo se tomaría él la noticia y yo tampoco sabía que me iba a decir-
-          Hola mi amor –me hizo una leve sonrisa y yo sin darme cuenta también le sonreí, estaba tan lindo…-

Le hice pasar y sentado en mi living comenzamos a hablar…

CONTINUARA…

ACA ESTAN COMO PROMETI, ES PROBABLE QUE HOY NO PUBLIQUE MAS! HASTA EL DOMINGO!! SORRY!! LAS ESPERO!!

LAS QUIERO

FATY***

1 comentario:

  1. QUE MOMENTOS MAS LINDO AJAJA

    AI QUE GANAS DE QUE EMPIEZE LA 2 TEMORADA:)



    BESOS:)


    @94lauri

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