LES QUIERO DECIR ALGO... YO SE QUE ESTA NOVELA ES UN POCO LIOSA, PERO SI DE VERDAD QUIEREN SEGUIR LEYENDOLA HAGANMELO SABER, PORQUE YO EMPIEZO CON LOS EXAMENES Y SI USTEDES NO LEEN NO ME MOLESTO EN PUBLICAR
CAPITULO 7
Lali estaba de
pie bajo la lluvia, mirando fijamente la pequeña y destartalada casa de
Lassiter Avenue que constituía su última esperanza. La pintura blanca se estaba
desconchando, los pocos y esqueléticos arbustos que había necesitaban
urgentemente una poda, el patio cubierto de hierbajos tenía aspecto de no haber
sido segado en todo el verano, y el tejado que caía sobre el porche de entrada
se veía hundido. La rejilla de la puerta estaba medio arrancada del marco en un
lado, y había una ventana que lucía una gigantesca grieta. En su favor había
que decir que el pequeño patio trasero estaba vallado. Lali se esforzó por
encontrar más cosas buenas en aquella casa, pero no halló ninguna. Lo único, es
que estaba libre.
—Permítame que busque la llave, y entraremos
—dijo la dueña, la señora Phipps, al tiempo que revolvía en su voluminoso
bolso. La señora Phipps no alcanzaba el metro y medio de estatura, era casi
igual de ancha que de alta, y llevaba el pelo peinado... o quizás es que le
crecía así... en enormes bucles blancos que parecían tenues nubes. Subió
resoplando a la acera rota y salvó un tramo que había desaparecido del todo.
—No es nada lujosa —advirtió, aunque Lali se preguntó por qué creía
necesario advertirla de nada—. Sólo
tiene una salita, una cocina, dos dormitorios y un cuarto de baño, pero E.B. y
yo criamos aquí a dos hijos sin ningún problema. Al fallecer E.B., mis hijos me
compraron una autocaravana y la pusimos en la parte de atrás de la casa de mi
hijo mayor, así tengo alguien cerca por si me pongo enferma o algo. Pero no he
querido desprenderme de esta vieja casa. Fue mi hogar durante mucho tiempo.
Además, el dinero de la renta ayuda.
El hundido
porche de madera pareció ceder un poco más bajo el peso de la señora Phipps; Lali
permaneció detrás de ella, por si necesitaba su ayuda en caso de que se cayera.
Pero la señora Phipps alcanzó la puerta sin incidentes y se puso a forcejear
con la recalcitrante cerradura. Por fin giró la llave, y dejó escapar un
gruñido de satisfacción.
—Ya está. Lo limpié todo después de que se
marcharan los últimos inquilinos que estuvieron aquí, así que no tiene que
preocuparse por la suciedad ni nada parecido.
La casa, en
efecto, estaba limpia, tal como observó Lali con alivio al entrar. Olía a
rancio, claro, pero era porque estaba vacía, no de suciedad.
Las
habitaciones eran pequeñas, la cocina apenas lo bastante grande para que
cupiera en ella una mesa pequeña y dos sillas, y no logró imaginarse lo
abarrotada que habría estado con una familia de cuatro miembros. Los suelos
eran todos de linóleo agrietado, pero se podrían tapar con alfombras. El baño
también era pequeño, pero en algún momento habían sustituido la bañera por un
conjunto de bañera y ducha de fibra de vidrio azul que no hacía juego con el
lavabo y el inodoro blancos. Un calentador pequeño sobresalía de la pared.
Lali paseó en
silencio de nuevo por las habitaciones, intentando imaginarlas con lámparas,
cortinas y muebles acogedores. Si se quedaba con la casa, tendría que comprar
aparatos de aire acondicionado para las ventanas, alfombras para los suelos,
electrodomésticos para la cocina y muebles para el salón. Para el dormitorio ya
tenía sus muebles, gracias a Dios, pero a no ser que comprase lo más barato que
encontrara, iba a gastarse unos seis mil dólares en volver aquel lugar
habitable. Menos mal que no vivía en una parte del país en la que la vida
estuviera cara, de lo contrario se estaría enfrentando a un gasto de por lo
menos del doble de aquella cantidad. El dinero lo tenía, aquél no era el
problema, pero jamás se había gastado una suma tan grande en toda su vida. Sólo
de pensar en ello, se le encogió el estómago de pánico.
Podía gastarse
aquel dinero, o podía quedarse en casa de su madre y vivir allí hasta que se
hiciera vieja y se muriera. Sola.
—Me la quedo —dijo en voz alta, una frase que le sonó extraña y
lejana, como si la hubiera pronunciado otra persona.
El regordete
rostro rosado de la señora Phipps se iluminó.
—¿De verdad? No pensaba... Es decir, no parecía usted
ser de las que... Esta calle era antes decente y agradable, pero el vecindario
ha decaído y... —Se
quedó sin fuerzas, incapaz de expresar su sorpresa.
Lali lo
comprendió. Tan sólo una semana antes —¡cielo santo, incluso ayer mismo!— ella
tampoco se habría imaginado a sí misma viviendo allí.
Tal vez
estuviera desesperada, pero no era patética. Se cruzó de brazos y puso su mejor
cara de bibliotecaria.
—El porche de la entrada necesita
urgentemente una reparación.
Me encargaré yo por usted, sí quiere, siempre que
descuente el coste de la reparación de la cuota del alquiler.
La señora
Phipps también se cruzó de brazos.
—¿Y por qué iba yo a hacer eso?
—Dejará de cobrar esa parte de la renta en efectivo,
cierto, pero a la larga su propiedad tendrá más valor y podrá cobrar un
alquiler más alto la próxima vez.
Lali esperaba
que la señora Phipps fuera de las que ven las ventajas a largo plazo, en vez de
pensar sólo en el dinero de la renta. No tenía ni idea de cuánto iban a costar
las reparaciones, pero el alquiler costaba sólo ciento veinte dólares al mes,
de modo que la señora Phipps quizá se pasaría varios meses sin ingresar renta
alguna.
—No creo que pueda pasarme sin ese dinero extra
durante tanto tiempo —dijo la señora Phipps, titubeante.
Lali pensó a
toda prisa.
—¿Y qué le parece cada dos meses? ¿Le vendría bien
así? Yo pago las reparaciones ahora; luego pago renta un mes sí y otro no hasta
que recupere mi dinero. O usted paga las reparaciones y aumenta la renta un
poco.
La señora
Phipps cambió el peso de una pierna a otra.
—No tengo tanto dinero para andar tirándolo.
De acuerdo, lo haremos a su manera. Pero lo quiero por escrito. Y también
quiero la renta del primer mes; después empezaremos con lo de los meses
alternos. Tampoco está incluido ninguno de los gastos de agua y luz.
Por ciento
veinte dólares al mes, Lali no contaba con que estuvieran incluidos. Sonrió
abiertamente y le tendió la mano.
—Trato hecho —dijo, y ambas se estrecharon
la mano.
—Es más bien pequeña —comentó tía Gimme
a la mañana siguiente cuando ella y la madre de Lali inspeccionaron la nueva
guarida de la joven.
—Quedará perfecta —replicó Majo, tenaz—.
Una mano de pintura y unas cortinas
bonitas obrarán maravillas. De cualquier modo, no vivirá aquí mucho tiempo,
dentro de nada conocerá a alguien especial. Lali, cariño, si hay algo en el
desván que quieras llevarte, no tienes más que cogerlo. —Echó otro vistazo
a la casita—. ¿Qué tipo de decoración
tienes en mente? —preguntó dubitativa, como si no se le ocurriera nada que
mejorase de verdad el aspecto de la casa.
—Cómoda y acogedora —contestó Lali—.
Esto es demasiado pequeño para intentar otra cosa. Ya sabes, sillones
sobrecargados con perros afganos tumbados en ellos, esa clase de cosas.
—Hum —dijo tía Gimme—. El único perro afgano que he visto no era
capaz de quedarse quieto en un sitio a no ser que lo amarrases. Es el perro más
tonto del mundo.
Todas rompieron
a reír suavemente. El sentido del humor de tía Gimme tendía al absurdo, y tanto
Lali como su madre disfrutaban enormemente con aquellas fantasías.
—Sí que vas a necesitar un perro —dijo Majo
de pronto, mirando alrededor—. O
barrotes en las ventanas, y un sistema de alarma.
Los barrotes y
el sistema de alarma sumarían otros mil dólares a la montaña de gastos. Lali
dijo:
—Buscaré un perro.
Además, un
perro hacía compañía. Nunca había vivido sola, de modo que un perro le ayudaría
a suavizar la transición. Sería agradable tener un animal doméstico; habían
pasado ocho años —¡Dios santo, cuánto tiempo!— desde que murió de viejo el
último animal de compañía de la familia.
—¿Cuándo piensas trasladarte? —inquirió tía Gimena.
—No sé. —Dubitativa, Lali miró a su
alrededor—. Hay que dar de alta la luz y
el agua, pero eso no llevará mucho tiempo. Tendré que comprar electrodomésticos
para la cocina y esperar a que me los traigan, buscar muebles y alfombras,
poner cortinas. Y pintar. Está claro que la casa necesita una mano de pintura.
Majo respiró
hondo.
—Una buena casera habría pintado después de
que se fueran los últimos inquilinos.
—La renta es de ciento veinte dólares al mes. Pintar
la casa no entraba dentro del trato.
—He oído decir que Buck Latham está
aceptando encargos para pintar los fines de semana para ganarse un dinero
—dijo tía Gimme—. Esta noche lo llamaré
para ver si puede venir.
Lali presintió
otro sablazo en su cuenta bancaria.
—De la pintura puedo encargarme yo misma.
—No, no puedes —dijo tía Gimme con firmeza—. Estarás bastante ocupada.
—Bueno, sí, pero aun así tendré tiempo...
—No, no lo tendrás. Vas a estar ocupada.
—Lo que Gimena quiere decir, querida, es que
hemos estado pensando y opinamos que necesitas acudir a un asesor de imagen.
Lali las miró
boquiabierta y seguidamente reprimió una carcajada.
—¿Y dónde se supone que voy a encontrar uno? —No creía que Wal—Mart contara con un
asesor de imagen en plantilla—. ¿Y para
qué necesito que alguien me diga la imagen que quiero tener? Ya he pensado en
eso. Quiero que Wilma me corte el pelo, y que tal vez me dé unos reflejos, y
luego me compraré cosméticos...
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CAMI @caparatodos: ¡PRIMERA EN FIRMAR! te quiero gorda...
FIRMEN, SI QUIEREN... ES VUESTRA ELECCIÓN
LAS QUIERO
FATY***
Muy bien por lali q consiguió hogar, q feo q te digan q necesitas un asesor de imagen, tan mal estoy ?? jaja Más nove!
ResponderEliminarEspero el proximo cap!
ResponderEliminarUn beso
Juli♥
vamos!!! casa nueva, preparando ese cambio de imagen.... se viene la nueva Lali =)
ResponderEliminaresperando mas Faty =P besos!!!!!
hayy jaja
ResponderEliminarmassss
PERO CLARO QUE NOS GUSTA LA NOVELA ES HERMOSA ME ENCANTA QUIERO MAS CAPITULOS PORFIS SON UNA GENIA AHORA ASESOR DE IMAGEN ME ENCANTARIA AJAJAJAJ UN BESO LUNDURA
ResponderEliminarDULCE
Yo la seguire leyendo mientras la subas,a mí me gusta,recien estácomenzando,se está planteando la historia,es cuestión de tener paciencia ,ya vendrá la acción,primero hay q plantear la situacion.Yo propongo q la sigas pero verás vos de acuerdo a tu tiempo!Lo q decidas está bien!
ResponderEliminarme encantaaaaa!
ResponderEliminarme gusta la novela ami, es un liosa pero se puede leer lo más bien. Me encata esto de que lali quiera cambiar pero no se si necesita un acseor de imagen
ResponderEliminarespero el proximo
beso
Boe... casita al fin, un poco destartalada; pero seguro quedará con onda; me suena que Gime es un as en eso!!
ResponderEliminarQuiero más!!
Faty, please seguí subiendo la nove, somos pocas las que te firmamos, si; pero fieles; o no?...jejeje
Besos
Lore
mas
ResponderEliminarNo dejes de subir por favor :( si nos gusta :)
ResponderEliminarYo si k la quiero.En estos caps ya se va desliando algo, y se entiende mucho mas,sino fuera un poco liosa al comienzo ,no tendria fundamento.Ahora tu manejas tus tiempos,y si los necesitas para los estudios,te estaremos esperando.
ResponderEliminarCambio d imagen,vivir sola,un perro,se esta renovando totalmente,solo falta k le eche el ojo ,al jefe d policia, y cartoncito lleno.Para el pleno ,falta aun k se desarrolle mas,jajaja.
ResponderEliminarSi segui con la nove !!!
ResponderEliminarUn beso
leti2311
Claro que quiero Nove, es preferible entender lo que le sucedió que ir a la acción además me gusta saber todo lo referente al cambio de Lali, ya me la imagino luego hecha toda una diosa y teniendo a varios hombres a sus pies jaja:).
ResponderEliminarRuthy_lu
hey yo quiero nove!!! claro que la quiero..pero tambien entendo que tenes tus cosas que hacer y que te moleste que quien lee no firme y que vos pierdas tu tiempo en eso, ademas que ahora te empezan los examenes... yo quiero seguir leyendo igual...quiero saber como va a cambiar lali, y la tia y la madre no le dejan hacer nada pobre ajjaj ya va a cambiar! no veo la hora de leer mas! besos Giulia
ResponderEliminarmas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas mas
ResponderEliminarnove nove nove nove nove nove nove nove nove nove
ResponderEliminarme encanto
ResponderEliminarya quiero leer otro cap.
ResponderEliminarmmmm me parece que la mamá y la tía la quieren emparejar YA con alguien jaajaaj :P Me encanta! y más que de este paso... MAS NOVE MAS NOVE! Te quiero! ;) besitos
ResponderEliminarJjaajaja Un Acesor De Imagen
ResponderEliminarQuiero Mas Nove..