jueves, 24 de mayo de 2012

CAPITULO 11


¡¡SEGUNDO CAPÍTULO!!


CAPÍTULO 11

Lali se quedó allí tal cual, con los ojos como platos. Lanzani había proferido aquella palabra que comenzaba por J (joder). Estaba bastante segura de que era eso lo que había oído. Ya la había oído más veces, por supuesto, hoy en día era imposible ver muchas películas sin oír aquel taco. Y además había ido a la universidad, donde los jóvenes trataban de impresionarse unos a otros empleando todos los tacos que conocían; y hasta la había pronunciado ella misma. Pero Hilisboro era un pueblo sureño, y allí todavía se consideraba de mala educación en un hombre que utilizase semejante lenguaje delante de una mujer. Mujeres a las que no se les movía un pelo cuando oían decir tacos a su marido o su novio en privado ponían cara de escandalizadas a lo Reina Victoria si las oían pronunciar en público. Y decir algo así a una mujer a la que no se conocía bien era una indecencia total, que indicaba una completa falta de educación y respeto.
En eso, un tremendo golpe en la puerta del edificio interrumpió su indignada perorata mental; la bestia había llegado a la entrada principal. Murmurando para sus adentros, corrió por la biblioteca en sombras y acudió a abrir la puerta.
—¿Por qué ha tardado tanto? —le espetó él al tiempo que penetraba en el edificio.
—Me he quedado paralizada en el sitio a causa de su lenguaje —replicó Lali con frialdad. Tomó el ordenador portátil y lo llevó hasta el ordenador conectado de la biblioteca encendiendo las luces sobre la marcha.
Él volvió a mascullar algo, pero esa vez, gracias a Dios, Lali no logró distinguir lo que decía. Pero no tuvo tanta suerte con la siguiente frase.
Es usted un poco joven para tener un palo metido por el culo como los vejestorios de este pueblo.
Para mérito suyo, Lali no se inmutó.
La educación no tiene nada que ver con la edad, y sí mucho con el modo en que se ha criado uno. —Posó el portátil y rápidamente procedió a enchufarlo a la fuente de alimentación y a la toma del teléfono.
Él tardó un minuto en comprender.
—¿No estará insultando a mi madre? —rugió por fin.
No sé. ¿Estoy insultándola? ¿O es que simplemente usted se ha olvidado de lo que ella le enseñó?
—¡Mierda! —exclamó Lanzani explosivamente, y a continuación respiró hondo—. De acuerdo, lo siento. A veces se me olvida que vivo en Pitufílandia.
Si ellos eran tan aburridos y tan mirados, tal vez él debiera pensar en volver al lugar del que había venido, se dijo Lali resentida; pero se guardó sus pensamientos para sí antes de que la situación desembocara en una discusión con toda la artillería.
Disculpa aceptada —se obligó a sí misma a decir, aunque, si se hubiera esforzado de verdad, podría haber empleado un tono más amable. Tomó asiento y entró en conexión, después tecleó la dirección del buscador y aguardó hasta que el sistema encontró la página de inicio y ésta se desplegó. Seguidamente hizo clic en la barra de actualización y dejó que la tecnología se encargara de lo demás.
—¿Eso es todo ? —preguntó Lanzani, observando el pequeño reloj.
Eso es todo. Debe hacer esto de vez en cuando, por lo menos cada seis meses.
A usted se le da bien.
—Desde que pusimos la biblioteca virtual, he tenido que hacerlo muchas veces —repuso Lali en tono irónico.
El policía se sentó a su lado; demasiado cerca, naturalmente. Ella apartó un poco su silla.
—Sabe manejarse con los ordenadores.
—En realidad, no mucho. Sé hacer esto, pero he tenido que aprenderlo. Sé moverme por la red, sé entrar en un sistema y cargar programas, pero no soy ningún genio de la informática, ni nada parecido.
—El ayuntamiento ni siquiera tiene conexión. Los recibos del agua y las nóminas están informatizados, pero nada más.
Se inclinó hacia delante con los brazos apoyados en las rodillas mientras observaba la pantalla, como si de aquel modo pudiera acelerar el proceso.
Pero la comisaría sí estará informatizada, ¿no? ¿No están conectados con todas esas redes policiales? Lanzani gruñó.
—Sí. Una línea, un ordenador.
Parecía disgustado.
—Es que Hílisboro es un pueblo pequeño —señaló Lali—. No cuenta con un presupuesto muy grande. Por otra parte, nuestro índice de delincuencia es bajo. —Hizo una pausa, insegura de pronto—: ¿Verdad?
—Bastante bajo. Desde que yo estoy aquí, no ha habido un solo asesinato dentro de los límites del pueblo. Sufrimos los típicos atracos y robos en viviendas, conductores borrachos, problemas domésticos. –A Lali le hubiera encantado preguntarle quién tenía problemas domésticos, pero se mordió la lengua. A lo mejor se lo decía, y luego ella se lo contaría a su madre y a tía Gime, y se sentiría culpable por estar cotilleando-
¿Se había acercado aún más Lanzani? No le había visto hacerlo, pero percibía el calor de su cuerpo, y su olor. ¿Qué tenían los hombres para oler tan distinto de las mujeres? ¿Testosterona? ¿Más vello en el cuerpo? No era un olor desagradable; de hecho, resultaba atractivo. Pero era distinto, como si perteneciera a una especie alienígena. Y desde luego estaba demasiado cerca.
No pudo más.
—Me está agobiando —señaló Lali muy cortésmente.
Él, sin moverse, bajó la vista; las sillas de ambos estaban separadas por lo menos un par de centímetros.
—No la estoy tocando —replicó él con la misma cortesía.
—No digo que me esté tocando; digo que está demasiado cerca. -Él puso los ojos en blanco y lanzó un suspiro, pero apartó su silla otro par de centímetros-
—¿Se trata de otra extraña norma sureña?
—Usted trabaja para hacer cumplir la ley. Se supone que ha estudiado lenguaje corporal. ¿No es así como intimida a los sospechosos, invadiendo su espacio personal?
—No, por lo general para intimidar empleo una nueve milímetros. Así no hay muchas posibilidades de perderse ninguna señal.
Bueno, ¿y aquello no era típico de un macho? Era un hombre típico, fanfarroneando del tamaño de su arma. Apenas pudo abstenerse de poner los ojos en blanco, pero es que él acababa de hacer eso mismo y no quería parecer un mono de repetición.
Un hombre típico... Le vino a la mente la conversación de la noche anterior con su madre y tía Gime, y entonces le hormigueó una idea en el cerebro, pero la desechó. No, no quería entrar en aquella clase de conversación con él. Lo único que quería era que su buscador terminara de actualizarse para que se marchara...
—¿Sabe usted qué color es el malva? —soltó en un impulso. Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera frenarlas.
El efecto que causó en Lanzani fue casi eléctrico. El policía se echó bruscamente hacia atrás y la miró fijamente como si de pronto a ella le hubieran nacido colmillos y tentáculos.
—¿Por qué me lo pregunta? —dijo con cautela.
—Sólo me gustaría saberlo. —Calló un instante—. Y bien, ¿lo sabe?
—¿Qué le hace pensar que debo saberlo?
—Nada. Simplemente le pregunto.
—Parece una de esas pruebas que usan las mujeres para averiguar si un hombre es homosexual o no. Si tanto le interesa, ¿por qué no me lo pregunta directamente?
—No me interesa —repuso Lali, abrumada por la posibilidad de que él la creyera interesada—. Es que hay una persona que... No importa. —Estaba sonrojándose. Lo sabía; notaba el calor en el rostro. Mantuvo la vista clavada en la pantalla del ordenador, intentando transmitir a la máquina su voluntad de que fuera más deprisa.
Lanzani se pasó una áspera mano por el cabello corto.
—Rosa —murmuró.
—¿Cómo?
—Rosa. Malva es una palabra graciosa para llamar al color rosa, ¿no? La oí mucho en la época en que mi ex mujer estaba eligiendo cosas para nuestro piso, pero a mí me parecía rosa.
Cielo santo, tía Gime tenía razón en lo del malva; ya no constituía ninguna prueba definitiva. ¿A que resultaba interesante? Estaba deseando contárselo.
—Bermellón —dijo entonces, y a punto estuvo de darse ella misma un cachete. ¿Por qué no lo dejaba de una vez?
—¿Cómo dice?
El policía reaccionó como si jamás hubiera oído aquella palabra.
—Bermellón. ¿Qué color es el bermellón? Esa vez Lanzani se pasó la mano por la cara.
—Se trata de una pregunta con truco, ¿verdad?
—¿Por qué dice eso?
—Bermellón. ¿Quién diablos es capaz de llamar «bermellón» a un color? Suena a botellón, y nadie querría nada que fuera de color «botellón».
—El bermellón es un color muy bonito —dijo Lali.
Él la miró con incredulidad.
—Si usted lo dice.
—¿Sabe qué color es o no?
Diablos, no; no sé qué color es el bermellón —ladró Lanzani—. Conozco los colores auténticos; conozco el azul, el verde, el rojo, cosas así. Joder, Bermellón. Acaba de inventárselo,
Lali sonrió.
En absoluto. Búsquelo en el diccionario. —Señaló la sección de consulta—. Ahí tiene unos cuantos.
Él soltó un resoplido y a continuación se apoyó en su silla y se dirigió a trompicones hacia la sección de consulta. Hojeó un diccionario, pasó el dedo por un par de páginas y leyó brevemente.
—Castaño rojizo —se mofó, sacudiendo la cabeza—. Claro que nunca he visto nada que sea castaño rojizo, pero si lo hubiera visto, puede estar bien segura de que no lo señalaría diciendo: «Eso es de color bermellón».
—¿Y cómo lo llamaría usted? —lo provocó Lali—. ¿De alguna forma imaginativa de verdad, como «castaño rojizo»? Aunque yo siempre había creído que el bermellón era más bien un rojo púrpura.
—Si dijera castaño rojizo, o incluso rojo púrpura, por lo menos la gente sabría de qué diablos estaba hablando. De todas maneras, ¿de qué sirve un color así? ¿ Quién en su sano juicio entraría en una tienda y pediría al dependiente una camisa bermellón? ¿O un coche bermellón? Me preocupa la gente que se compra coches de color morado, pero ¿bermellón? No me fastidie. El bermellón sirve sólo como prueba para descubrir a un homosexual.
Probablemente así fuera, pero Lali no estaba dispuesta a admitirlo.
—Ahora usted sí sabe qué color es el bermellón. —No pudo resistirse a hacer aquel comentario—. De ahora de adelante, cuando vea un color castaño que lleve el menor toque de rojo o de púrpura, pensará: Eso es bermellón.
—Dios. —Se llevó los dedos al puente de la nariz—. Me está provocando usted dolor de cabeza —musitó, y luego alzó la vista. Tenía los ojos entornados y su mirada emitía una señal de peligro—. Si le menciona esto a alguien, lo negaré, y luego haré que le echen el guante simplemente por cruzar la calle sin mirar. ¿Lo ha entendido?
Yo no cruzo la calle sin mirar —contestó Lali con gesto de triunfo—. Soy tan cumplidora de la ley que podría servir de ejemplo de ciudadana responsable. Ni siquiera le he permitido entrar por la puerta de empleados, ¿no?
—La gente como usted necesita ir al psicólogo. —Miró la pantalla del ordenador y dejó escapar un suspiro de alivio—. Ya ha terminado. —Consultó su reloj—. Desde luego, no ha tardado cuarenta y cinco minutos. Han sido más bien quince. Así que supongo que en efecto tiene usted una avería, señorita Lali.
Lali notó cómo le rechinaban los dientes al oír lo de «señorita Lali». Si el policía hacía otro chiste más acerca de su nombre, a lo mejor le soltaba una bofetada.
—¿Qué es eso? —preguntó al tiempo que desconectaba a toda prisa el ordenador. Cuanto antes se fuera aquel tipo, mejor. Lanzani le arrebató el portátil.
—Miente usted de pena —dijo, dejándola sin habla, y salió por la puerta antes de que a ella se le ocurriera una respuesta adecuada.

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¡¡MAÑANA MAS Y MEJOR!!
EL CAMBIO ESTA LLEGANDO, JUNTO A LALITER...

16 comentarios:

  1. woohooo!!!! Otro capi! :D Buenisimo! y que tengas buen viaje y lo disfrutes! ;) te quieroooo!

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  2. me encantoa.. Quiero YA el cambio y Laliter ! jaja

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  3. Jajaja Gime tenía razón con lo del "bermellón"! jajaja
    Me encantó!!!
    Quiero más!

    Lore

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  4. Reacciones,siiiii,d risa constante.Parece k Peter busca excusas, para estar cerca d Lali ,aunque es muy hosco,y ella demasiado fria.

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  5. Me hizo muchisima gracia,la discusion d los colores.Me recordo en la comunion d mi sobrino ,mi hermano me pregunto x el color d mi vestido,a lo k conteste:Color Coral,quedo eeeeh,jamas oí ,nada parecido!.Crei k el sabria el color,es instructor submarinista, d la armada,asi k me imagino k no llego nunca a ver un coral.No es k yo lo viera personalmente,pero me encantan los documentales d naturaleza y fauna.Seguro k en cuanto nos veamos d nuevo,me hace el comentario sobre el color coral.

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  6. Como siempre tus novelas ,sacan anecdotas d mi vida,jajaja.Me encanta,seguro k a mas d una tambien le a pasado alguna vez.

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  7. JAJAJAJA ME ENCANTA POBRE PETER ESTABA DESESPERADO POR EL COLOR JAJAJAJJAA DIOS NI YO SABIA QUE SE LE LLAMABA ASI JAJAJA MAS NOVELA

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  8. Me encanta peter, es buenisimo, y me encanta como se relacionan estos dos, del odio al amor hay un paso!! Más|

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  9. Esto es lo que provocas en mi con esta novela, salgo ahora de hacer noche y loprmero que hago es meterme para ver si has subido nove, y hay dos capitulos...empieza lo bueno...dos capitulos seguidos apareciendo Peter, me encanta...pero digo yo...¿Cuando se va a dar cuenta loatractivo que es?...y el no seme da ami que ya la tiene en el punto de mira, eso de saber que llega tarde, me tiene pensativa...no sera que ya le ha hechado el ojo?...
    Ahora voy a escribirte un correeo..no sea que luego me quede dormida, aunque la noche ha sido buenisima...y aun no he desayunado, que lo sepas...besos

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  10. Buenicimo !!!!!!!!!!!!!!!!

    Besoss

    leti2311

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  11. Me lei toda la nove! Me encanta..
    Ahahah me dio muchisima risa lo del color "bermellon". Ni siquiera yo sabia que existia XD
    Mas!!
    Fresy07

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  12. y vamos con el cambio ajajja!! me re encanto el cap..lali demasiado agitada digamos y eso de los colores me hizo reir mucho! el la escubrio porque no me lo pregunta directamente jajaja como decimos aca è stata sgamata que seria algo como fue descubierta mientras hacia algo que no debia hacer! a lali le resulta atractivo su olor y eso de pensar es un hombre tipico, mas bien un macho, la vuelve loca admitamolos hasta su manera de hablar..me acuerdan un poco mar y thiago te acordas cuando thiago le decia que se yo en vez de perchos es pernos? me reì mucho...estoy feliz de que vaya llegando laliter!! te mando un beso...estoy "recuperando" mis firmas de antes...ya vuelven a ser largas espero no te moleste! te abrazo fuerte! suerte en todo..Giulia

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  13. Me causa gracia este tipo de relacion!!!! es divertida

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  14. ayayyyyy le hizo la "prueba" jajajjaj MAS NOVE!!! y me mató la parte de los insultos! jajajaja ella tan recatada y el tan hombre! :P jajajaja MAS MAS MAS MAS!

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  15. Jajajaajjajaj me morí cn la conversación sobre los coolores jajajajajaj buenismo el cap, me dieron mucha gracias las contestaciones de Peter! Me encanta la nove <3 un besoooo @LuciaVega14

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