miércoles, 23 de mayo de 2012

CAPITULO 10

¡LO SIENTO! SE QUE LLEGARON A LAS FIRMAS DE MAS, PERO ME QUEDÉ DORMIDA Y NO PUDE PUBLICAR OTRO, EN RECOMPENSA HOY DOS, PERO ¡ESO SI! NO DEJEN DE FIRMAR


Capítulo 10

Las tripas de Lali saltaban sin cesar. El hecho de concertar una cita con Gastón Dalmau había supuesto una gran tensión para sus nervios, aunque fue tan amable como había dicho su madre. No sólo seguía preocupada de haberlo ofendido —aunque si lo estaba, lo ocultaba muy bien—, sino que resultaba muy humillante tener que pedir ayuda para algo tan simple como maquillarse un poquito. ¿Qué habría hecho mal? Ya sabía que no era tonta, pero ¿sería tan inepta para aquellas cosas que estaría condenada al fracaso desde el principio? Ya le parecía oír las bromas: ¿Lali Espósito encontrando marido? Ja, ja. Pero si ni siquiera sabe pintarse los ojos.
¿Y de verdad quería un hombre que no supiera ver su verdadera personalidad, tal como era, sino que necesitara una capa de barniz para que se fijara en ella?
Pues... sí. Ya había probado con su «verdadera personalidad» y había conseguido exactamente nada. Cero. Si tenía que darse una capa de barniz para conseguir lo que deseaba —a saber, una familia—, pues se daría una capa tan brillante como fuera preciso.
El hecho de haberse dado cuenta de lo poco atractiva que era casi la dejó paralizada mientras se arreglaba para ir a trabajar. Por una vez no había dejado preparada la ropa la noche anterior, y ahora estaba de pie frente al armario contemplando el surtido de faldas, blusas y vestidos aburridos. Ya no podría soportar ponerse nada de todo aquello ni un día más. Vaciló indecisa hasta que, por primera vez en su vida, corrió el riesgo muy real de llegar tarde al trabajo. Por fin agarró un pantalón negro y se lo puso. Nunca se había puesto pantalones para ir a trabajar, pero eso se debía a su ortopédico estilo, no a ninguna norma impuesta por el ayuntamiento. Aquélla era otra prueba más de su ruptura con su vida anterior, y se le aceleró el corazón en una mezcla de excitación y miedo. Por supuesto, no tenía nada de estilo que ponerse encima del pantalón, solamente sus aburridas blusas blancas de siempre, así que agarró una y se remetió los faldones por dentro de la cinturilla del pantalón, acto seguido se ajustó el cinturón y se calzó unos mocasines.
No se atrevió a mirarse en el espejo para comprobar el resultado, sólo cogió su bolso y echó a correr escaleras abajo.
Tía Gimena levantó las cejas al verla, pero no dijo nada.
—¿Y bien? —exigió Lali, todavía más nerviosa por aquella silenciosa mirada.
Majo salió de la cocina y se quedó mirando a su hija.
No está mal —dijo por fin, asintiendo con la cabeza—. Es diferente. Además, los pantalones dejan ver la forma de tu trasero.
Oh, Dios santo; ahora no podría darle la espalda a nadie en todo el día. Horrorizada, consultó rápidamente su reloj. No había tiempo para cambiarse de ropa.
—¿Por qué has tenido que decir eso? —se quejó. Majo sonrió.
—No pasa nada, carino. Si no recuerdo mal, los hombres tienen fijación por los traseros. Acuérdate de contonearte un poco al andar.
—Contonearme, repitió Lali inexpresiva, todavía incapaz de asimilar que su madre, ¡su madre!, creyera que le convenía enseñar la forma de su trasero.
—Ya sabes, adelante y atrás.
Y para demostrárselo, su madre se paseó por la habitación moviendo las caderas con un suave ritmo que atraía la atención hacia su trasero. Era un movimiento tan asombrosamente sexy que Lali quedó conmocionada. ¿Su madre? ¿Su intelectual e informal madre?
Pero no demasiado —aconsejó tía Gime—. De lo contrario, parecerán dos cerdos peleándose por salir de un saco.
Aquello ya fue demasiado. Murmuró una excusa acerca de llegar tarde al trabajo y huyó.
Apenas había introducido la llave en la puerta de entrada de los empleados cuando a su espalda se detuvo un coche blanco del que se apeó el jefe de policía Lanzani. Puede que no encabezara la lista de las personas a quienes no deseaba ver aquel día, pensó exasperada, pero andaba muy cerca. Procuró arrimarse hacia un lado para que él no pudiera verle el trasero, aunque de todas formas no estaba mirando. Lanzani fue hacia ella con el ceño fruncido.
Llega usted tarde.
Lali consultó su reloj. Pasaban doce segundos de las nueve en punto.
Es la hora en punto.
—Usted siempre llega media hora antes. Pero hoy no, de modo que llega tarde.
—¿Cómo sabe a qué hora llego yo a trabajar? —preguntó Lali, sintiéndose ruborizada y acosada. Era la única vez que llegaba casi tarde, y precisamente aquel día había alguien esperándola. Además, Lanzani estaba demasiado cerca de ella, apabullándola de nuevo con aquel estilo suyo, como si intentara intimidarla con su tamaño. A lo mejor el método le funcionaba, ya que se sentía ruborizada y acosada. Intentó escabullirse y acercarse a la puerta.
Cuando paso por aquí delante en coche siempre veo las luces de la biblioteca encendidas.
Lo cual quería decir que ella estaba siempre, bueno, casi siempre, en el trabajo antes que él. Lali a duras penas se abstuvo de sonreír y en vez de eso, haciendo un esfuerzo, adoptó su expresión y su tono de bibliotecaria.
—¿Puedo servirle en algo, jefe Lanzani?
—Sí —contestó él con aquellas maneras bruscas de yanqui—. Anoche intenté entrar en la biblioteca virtual, pero no se abrió. Usted ha escrito mal la contraseña, o algo así.
«¿Por qué siempre era culpa de la mujer?», se preguntó Lali al tiempo que elevaba los ojos hacia el cielo mentalmente.
-Si no se despliega la página, probablemente tendrá que actualizar su buscador. –El policía se la quedó mirando como si ella le hubiera hablado en un idioma extranjero-
Su buscador —repitió—. ¿Cuántos años tiene su equipo? -Él se encogió de hombros-
Dos o tres.
—¿Lo ha actualizado desde que lo compró? —Ya conocía la respuesta antes incluso de haber formulado la pregunta. La encantaría dejar que él averiguara sólito lo que debía hacer, pero la buena educación y una vida entera siendo servicial le aguijonearon la conciencia. Era bibliotecaria; su deber era ayudarlo con la biblioteca virtual—. ¿Tiene un ordenador de sobremesa, o un portátil? —Apostó por el portátil. Lanzani era de esos hombres impacientes que seguramente querían poder trasladar el ordenador a donde les resultara más cómodo.
—Un portátil.
Lali se anotó dos puntos.
Si me lo trae, le enseñaré cómo actualizarlo. Si es que tiene memoria suficiente, claro,
Que fuera él quien decidiera si se refería a su ordenador o a su cerebro.
A juzgar por el modo en que entornó los ojos, Lanzani debió de sospechar lo segundo, pero lo dejó pasar.
—Lo tengo en el coche.
Regresó a grandes zancadas hasta el Crown Victoria propiedad del ayuntamiento y sacó el portátil del asiento del pasajero sosteniéndolo con una sola mano sin esfuerzo.
Lali abrió la entrada de los empleados y se volvió para coger el portátil.
—Puede recogerlo a la hora de comer —dijo. Lanzani se resistió a entregarle la máquina.
—¿No puede hacerlo ahora?
—Eso pretendo, pero tardaré unos minutos.
—¿ Cuántos minutos ?
Con el alma en los pies, Lali comprendió que Lanzani pretendía esperar.
—¿No tiene usted nada que hacer?
Él señaló el mensáfono que colgaba de su cinturón.
—Siempre estoy trabajando. ¿Cuántos minutos? —repitió.
«Maldita electrónica moderna», pensó Lali resentida. Lo último que deseaba era tenerlo a él encima.
—Depende. —Intentó pensar cuánto tiempo sería ya demasiado—. Entre cuarenta y cinco minutos y una hora.
—Esperaré.
Maldición otra vez. Su único consuelo era que actualizar el buscador no iba a llevarle tanto tiempo, ni mucho menos. Luego el tipo se marcharía.
Bien. Reúnase conmigo en la puerta principal. -Lali entró y casi le cerró la puerta en las narices al tiempo que él dio un paso adelante. Pero puso la mano enfrente justo a tiempo para impedirlo.
—Entraré por aquí —dijo, mirándola furioso.
Ella cuadró los hombros.
—No puede.
—¿Y por qué no?
Creía que aquello era obvio. Señaló el cartel de la puerta, situado a unos centímetros de la nariz de Lanzani.
—Ésta es la entrada de empleados. Y usted no lo es.
—Soy un empleado municipal.
—No es empleado de la biblioteca, y eso es lo que cuenta.
—Oiga, señora, ¿qué hay de malo en ello? —preguntó con impaciencia.
Más puntos en el debe. Sus deméritos rivalizaban ya con la puntuación de un partido de la NBA.
—Vaya a la puerta principal.
La expresión tozuda de Lali debió de surtir efecto por fin. El policía la observó fijamente, como si estuviera estudiando la posibilidad de simplemente abrirse paso por la fuerza, pero, después de mascullar un juramento, giró sobre sus talones y se dirigió como una tromba a la parte delantera del edificio.

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LINA @Lina_AR12) ¡PRIMERA EN FIRMAR!

CHARI: Gastón es un personaje muy importante en esta historia...

RITA: ¡¡Quiero seguir hablando contigo!! espero tu correo :-)

@isiiteenatica: ¡BIENVENIDA A MI HUMILDE RINCON! jeje! besoss


¡¡¡EN UNAS CUATRO HORITAS NUEVO CAPÍTULO!!!

¡QUE SUS FIRMAS NO DECAIGAN!

LAS QUIERO

FATY****

13 comentarios:

  1. Lina (@Lina_AR12)23 de mayo de 2012, 19:38

    Tanto le huye y va a caer en sus brazos,JAJS
    Muy buena!

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  2. jajajajaa ya te lo dije que Majo y Gime estaban locas jajajaja son geniales.

    que tanto interes tiene Peter en Lali??? tan pendiente de ella esta??? lo de la "memoria" fue muy bueno jajajajja XD


    esperando MAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

    besos ♥ @Inma_06

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  3. esa lali trae intriga... entre por la puerta principal le dice al jefe lanzani ajajaj majo y gime me parece verlas aca delante mio ajajj dios ya me las imagino ajaj y..me parecio o peter se enteresa mucho en ella? a menos que no sea por investigar! me gustaria ser su "victima" ajaj!! espero mas...aunque no se si voy a poder firmar a las 23 si es que a esa hora subis...lamento no firmarte entre los primeros como antes pasa que son las ultimas semanas del cole y tengo que estudiar..cuando entro o ya has subido o subis despues :'( bueno te mando un beso!! Giulia

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  4. me encantò el capitulo
    mas noveeeeeeeee

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  5. Quiero conocer el personaje de Gaston me late que Gay no es!!!

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  6. Holaaaa aqui estoy!! Disculpame por desaparecer asi, pero como te conte en TW estoy a full con el cole, pero espero que pronto vengan tiempos mejores ya que en 2 semanas se termina!
    Bueno pasamos a la nove: va poniendose mejor con cada capi y si Lali y Peter seguiran asi (como en este capi), creo que morire de risa por mucho tiempo! jajajajaja
    La chica que mato Teo (si la mato) era Belen?
    Bueno ahora voy
    Besos
    Giada

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  7. Jaja qué dúo este eh!!
    Quiero más!

    Lore

    PD: Faty, sólo vamos a tener el punto de vista de Lali?... estaría bueno saber qué piensa Peter de vez en cuando.

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  8. No paro de reir,entre la madre ,la tia,los pensamientos d Lali,y su obsesion xk el jefe d policia Lanzani,se vaya d la biblioteca,para no tenerlo encima,y esconder el trasero,no paro.

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  9. JAJAJAAJJA DIOS ESCONDER EL TRACERO SI ES UNA DE LO MEJORJAJAJAJ
    BUENO UNA COSITA QUE DECIRTE ME ENCANTA TU NOVELA QUIERO OTRO CAPI

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  10. Por fin Peter!!!!! jajajaja, ¡¡¡¡¡¡¡¡pero esque no se va a fijar en lo atractivo que es...!!!!!!!!

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  11. "—Si me lo trae, le enseñaré cómo actualizarlo. Si es que tiene memoria suficiente, claro," jajjajja que GENIA por Dios! :P Y por partes que miedito el acoso de Lanzani eh! que tenía que saber a que hora llegaba siempre?! me trae recuerdos no?! :P jajajjajajjaja Espero más nove gordi! te quiero!

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  12. Jajjajajaj qe manera de pelearse esos doa, pero si se tienen qe agarrar de los pelos para qe estén juntos ya quiero verlos pelados o cn pelucas Jajajaja buenisimo el cap!! Un beso @LuciaVega14

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