miércoles, 16 de mayo de 2012

CAPITULO 3


¡¡¡GRACIAS POR LAS 22 FIRMAS!!!
COMIENZA LO BUENO DE LA NOVELA
PETER APARECE EN EL CAPÍTULO 4


CAPÍTULO 3

—¡Lali! —canturreó su madre de nuevo desde el piso de abajo. Aquella vez su voz llevaba un tono que indicaba que sabía algo que no sabía Lali, como si por lo más remoto a ella hubiera podido olvidársele que era su cumpleaños—. ¡Vas a llegar tarde!
Lali jamás había llegado tarde al trabajo en toda su vida. Lanzó un suspiro. Una persona normal con una vida normal llegaría tarde al menos una vez al año, ¿no? Su intachable historial en la biblioteca era precisamente un indicador más de que era un caso perdido.
¡Ya estoy levantada! —contestó a gritos, lo cual no era del todo mentira. Al menos estaba incorporada en la cama, aunque no tuviera los pies en el suelo.
La masa informe del espejo atrajo su mirada, y ella le devolvió una expresión enfurecida.
No pienso volver a ponerme pijamas de felpa —juró. De acuerdo, no era un juramento tan melodramático como el de Escarlata 0’Hara, pero lo dijo igual de en serio.
¿Y cómo se lo haría una para ser una chica mala? —No, una chica divertida, era importante distinguirla—, se preguntó mientras se quitaba el odioso pijama de felpa y hacía una bola con él para arrojarlo con aire desafiador a la papelera. Titubeó unos instantes... ¿Qué iba a ponerse para dormir aquella noche?... Pero se obligó a sí misma a dejar el pijama ahí. Al pensar en las otras prendas de dormir que tenía —algodón para el verano y franela para el invierno—, se le ocurrió la loca idea de dormir desnuda la noche siguiente. Sintió que la recorría un leve escalofrío. Aquello era lo que haría una chica divertida, ¿no? Y no tenía nada de malo dormir desnuda. Nunca había oído al reverendo Bridges decir nada acerca de lo que uno debía ponerse o no ponerse para dormir. No tenía que ducharse, ya que era una de esas personas que se bañaban por la noche. El mundo, pensó, estaba dividido en dos grupos; los que se duchaban por la noche y los que se duchaban por la mañana. El segundo grupo probablemente se enorgullecía de empezar el día fresco y chispeante. A ella, por otro lado, no le gustaba mucho la idea de meterse bajo las sábanas ya sucias del día anterior por la acumulación de polvo, gérmenes y células muertas. La única solución era cambiar las sábanas todos los días, y aunque estaba segura de que había algunas personas lo bastante obsesivas para hacer semejante cosa, ella no era una de ellas. Le bastaba cambiar las sábanas una vez por semana, lo cual significaba que tenía que estar limpia al meterse en la cama. Además, el hecho de ducharse por la noche ahorraba tiempo por la mañana. «Como si tuviera prisa alguna vez», pensó con melancolía. Contempló el espejo del baño, el cual le confirmó lo que había visto en el espejo del vestidor. Su pelo era anodino y sin forma, carente de estilo. Estaba sano, pero lacio, sin cuerpo. Se acercó un largo mechón delante de los ojos para estudiarlo. El color no era castaño dorado ni rojizo, ni siquiera un bonito castaño oscuro; era simplemente castaño, como si estuviera cubierto de barro. A lo mejor había algo que pudiera aplicarse para proporcionarle un poco de flexibilidad, de atractivo. Dios sabía que existían trillones de frascos, tubos y aerosoles en la sección de salud y belleza del Wal—Mart de la autopista, pero eso quedaba a veinticuatro kilómetros y ella lo único que solía comprar era un bote de champú en el súper del barrio. De todos modos, no tenía ni idea del efecto que producían los productos contenidos en aquellos trillones de frascos.
Pero podría enterarse, ¿no? Era bibliotecaría, por el amor de Dios. Era una magnífica investigadora. Los secretos del mundo eran como un libro abierto para quienes sabían dónde y cómo buscar. ¿Qué dificultad podrían plantearle unos productos capilares?
De acuerdo. El pelo era lo primero en su lista de mejoras. Lali regresó al dormitorio y sacó un bolígrafo y un cuaderno de su bolso. Escribió el número uno al principio de la página y al lado apuntó:
PELO. Debajo de eso garabateó rápidamente MAQUILLAJE, y debajo de eso ROPA.
«Perfecto», pensó con satisfacción. Ahora tenía el borrador para confeccionar una chica divertida.
Volvió al cuarto de baño, se lavó rápidamente la cara y acto seguido hizo algo que no había hecho nunca. Abrió el tarro de crema Oil of Olay que le había regalado tía Gimena en su último cumpleaños y se hidrató el rostro. Tal vez no le serviría de nada, pero la sensación resultó agradable. Y cuando hubo terminado, pensó que su cutis lucía un aspecto más liso y un poco más luminoso. Por supuesto, una cosa engrasada parecía más lisa, y tanto masajear debía de haberle enrojecido un poco la piel, pero por alguna parte había que empezar.
Y ahora, ¿qué?
Nada, ahí estaba la cosa. No tenía nada más que hacer, ni más ungüentos ni ninguno de aquellos misteriosos y sensuales cuadraditos de color ni aquellos lápices oscuros con que otras mujeres se perfilaban los ojos y se ensombrecían los párpados. Podía pintarse los labios, pero ¿para qué molestarse? La barra tenía prácticamente el mismo color que sus labios; la única forma de distinguir si los llevaba pintados era pasándose la lengua por ellos y viendo a qué sabían. La barra sabía ligeramente a chicle, igual que cuando estaba en el instituto...
—¡Oh, Dios! —gimió en voz alta.
¡No había cambiado de color de barra de labios desde el instituto!
Eres patética —le dijo a su imagen en el espejo, y esa vez habló en tono enfadado. No iba a bastar con realizar cambios cosméticos. Tenía que hacer algo drástico.
Dos cajas de alegre envoltorio descansaban sobre la mesa de la cocina cuando Lali fue al piso de abajo. Su madre le había preparado su desayuno favorito, tortitas con nueces; junto al plato había una humeante taza de café, aguardándola a ella, lo cual quería decir que había esperado hasta oírla bajar para servirlo. Se le llenaron los ojos de lágrimas cuando se quedó mirando a su madre y su tía; realmente eran dos de las personas más encantadoras del mundo, y las quería de verdad.
—¡Feliz cumpleaños! —replicaron al unísono con una gran sonrisa.
Gracias —contestó Lali esforzándose por sonreír. A instancias de ellas, tomó asiento en el lugar de costumbre y se apresuró a abrir las cajas. Dios, por favor, que no sea más felpa, rogó en silencio mientras desplegaba el papel blanco que envolvía el regalo de su madre. Casi le daba miedo mirar, miedo de no poder controlar la expresión de su cara si se trataba efectivamente de felpa... o franela. Lo uno era casi tan malo como lo otro.
Era... Bueno, no era felpa. Se le escapó el alivio en forma de una leve exclamación ahogada. Sacó la prenda de la caja y la sostuvo en alto.
Es un albornoz —dijo su madre, como si ella no pudiera verlo.
Yo... Es muy bonito —contestó Lali al tiempo que volvían a llenársele los ojos de lágrimas porque de verdad era bonito, más bonito de lo que había esperado. Sólo era algodón, pero tenía un agradable tono rosado, con un toque de encaje alrededor del cuello y en las mangas.
Pensé que necesitabas algo bonito —dijo su madre entrelazando las manos.
Ahora éste —dijo tía Gimena al tiempo que empujaba la otra caja hacia ella—. Date prisa, o se te enfriarán las tortitas.
Gracias, mamá —contestó mientras abría obedientemente la otra caja y miraba el contenido. Allí tampoco había nada de felpa. Tocó la tela acariciando con las yemas de los dedos su textura fresca y lisa.
—Seda auténtica —dijo tía Gimena con orgullo al tiempo que ella desdoblaba totalmente la combinación—. Como la que vi que llevaba Marilyn Monroe en una película.
La combinación parecía una prenda de 1940, modesta y sexy a la vez, la típica prenda que las jóvenes atrevidas llevaban como vestido de fiesta en la actualidad. Lali se imaginó a sí misma sentada ante el tocador cepillándose el pelo y llevando puesta tan sólo aquella elegante combinación; entonces un hombre alto se acercaba por detrás y posaba una mano en su hombro desnudo. Ella ladeaba la cabeza y le sonreía, y él movía lentamente la mano bajo la seda y le tocaba el seno al tiempo que se inclinaba para besarla...
Bueno, ¿qué te parece? —preguntó tía Gimena, sacando a Lali de su fantasía.
Es preciosa —respondió, y una de las lágrimas que había reprimido hasta entonces se escapó y le resbaló por la mejilla—. Las dos sois encantadoras...
No tanto —la interrumpió tía Gimena, frunciendo el ceño al ver rodar la lágrima—¿Por qué lloras?
—¿Ocurre algo? —le preguntó su madre al tiempo que le cogía la mano.
Lali aspiró con fuerza.
Nada grave. Es sólo que... me he dado cuenta de una cosa- La tía Gime, que era más aguda que un clavo, le dirigió una mirada con los ojos entornados.
Huy, me parece que eso te ha dolido.
Gime. —La madre de Lali lanzó una mirada admonitoria a su hermana y tomó las manos de su hija entre las suyas—. Cuéntanos qué ocurre, cariño.
Lali respiró hondo, tanto para reunir valor como para controlar el llanto.
Quiero casarme.
Las dos hermanas parpadearon y se miraron la una a la otra y después a ella.
Bueno, eso es maravilloso —dijo su madre—. ¿Con quién?
Ése es el problema —replicó Lali—. Que nadie quiere casarse conmigo.
Entonces dejó de funcionar lo de respirar hondo, y tuvo que esconder el rostro entre las manos para ocultar cómo goteaban sus insurrectos conductos lacrimales.
Se hizo un breve silencio, y Lali supo que ambas estaban mirándose la una a la otra de nuevo, comunicándose con la mente, como lo hacen las hermanas.
Su madre se aclaró la garganta:
No estoy muy segura de haberlo entendido. ¿Hay alguien en particular a quien te estás refiriendo?
Bendita fuera su madre, era una profesora de inglés hasta la médula. Era la única persona que Lali conocía que usaba bien los pronombres, excepto, claro está, ella misma. Hasta cuando estaba alterada, su gramática continuaba siendo perfecta.
Lali negó con la cabeza y se enjugó las lágrimas para poder encararse con ellas otra vez.
No, no estoy sufriendo por un amor no correspondido. Pero quiero casarme y tener hijos antes de que me haga demasiado vieja, y la única manera de que suceda eso es haciendo unos cuantos cambios importantes.
—¿Qué clase de cambios importantes? —preguntó tía Gime con cautela.
—¡Mírame! —Lali se señaló a sí misma de la cabeza a los pies—. Soy aburrida e insulsa. ¿Quién va a querer mirarme dos veces? Ni siquiera mostró interés el pobre Wally Herndon. Tengo que hacer unos cuantos cambios importantes en mi persona. —Aspiró profundamente—. Necesito renovarme un poco. Necesito conseguir que me miren los hombres. Necesito ir a sitios en los que pueda conocer hombres solteros, como bailes y locales nocturnos. —Hizo una pausa, esperando alguna objeción, pero sólo encontró silencio. Volvió a aspirar profundamente y soltó lo más gordo—: Necesito un sitio para mí donde vivir. -Entonces aguardó.
Otro intercambio de miradas entre hermanas. Aquel momento comenzó a estirarse, igual que los nervios de Lali.   ¿Qué iba a hacer si ellas empezaban a ponerle objeciones? ¿Podría mantenerse firme?
El problema era que las quería y deseaba que fueran felices; no quería alterarlas ni que se avergonzasen de ella.
En ese momento las dos se volvieron hacia Lali con idénticas sonrisas de oreja a oreja.
Bueno, ya era hora —dijo tía Gime
Te ayudaremos —añadió su madre sonriendo.

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BEGO @beazam29: ¡¡¡PRIMERA EN FIRMAR!!!!

VALE: ¡¡¡¡HAGAN PROMOCION CHICAS!!!!

TODAS LAS QUE OS SINTAIS COMO ESTA LALI, HAGAN LO MISMO QUE ELLA ¡DEN UN CAMBIO RADICAL EN SU VIDA! ¡SIEMPRE PARA BIEN CLARO!

LAS QUIERO

FATY***

22 comentarios:

  1. que bueno esta el capitulo... un cambio radical decis eh!? no estaria malo eh! aunque digamos que bajo algunos aspectos me parezco a lali, no se si ese cambiamento seria tan facil!! me encanto el capitulo y me alegra saber que pronto peter aparecerà! te mando un beso enorme, tu lectora desde siempre jaja Giulia

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  2. Me gusta, me gusta!! Q bueno q la tía y la madre la apoyen y la ayuden! Más nove!
    Y por la promoción no te preocupes ya esta en marcha!!
    @vale_cadenas

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  3. nena ¿Como cambio radical? Con lo que me cuesta y lo sabes... Gracias estar ahi!


    Me encanto el capitulo! Quiero mas!

    Besos! Te quierooooo! :D


    Bego

    @beazam29

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  4. Lina (@Lina_AR12)16 de mayo de 2012, 22:09

    Muy bueno,toda crisis hace crecer y este es el paso q está dando Lali.

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  5. Claroo, ojala que pueda hacer rapido el cambio jej
    Espero maas :D
    besitoos




    Arii
    @AriadnaAyelen

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  6. jajjaaj ella procupandose que la tia y la madre iban a estar mal por la noticia, pero ella estan felices! jajajaaj
    Creo que todos tenemos que hacer algun cambio en nuestra vida algun dia! Tarde o temprano todos lo hacen!
    Bueno espero el proximo
    Besos
    Giada

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  7. esperando esos cambios de Lali... que bueno que su tia y su madre la apoyen =) muchos besos y esperando mas MUACKS ♥

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  8. Me encanta la nove !!!
    Besoss

    leti2311

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  9. con esta Lali y la mayoria de tus lectoras te graduas de psicologa me parece eh?! :P jajaajjaj me incluyo en el cambio... mmmm ya pensaré alguno... :S besos L! te quiero!

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  10. Ya era hora!,ya se lo podian haber planteado antes,jajaja,pero quizas mas jovencita ,no habria encontrado ese hombre especial,k viene mañaña,¿no?.Ya comente los 3 caps, y deseando hacerlo en el 4.

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  11. Pero quiero entender la relacion del primer cap,con estos dos.Aun no entiendo bien esa diferencia.Quizas es xk las dos se unen,mas tarde.¡Ya entendere!,aun es pronto para complicarme en especulaciones.

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  12. Está muy buena la nove y algo me dice que Lali después podrá manipular a los hombres o querrá tener solo a Peter pero bueno estoy especulando jaja:).
    Ruthy_lu

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  13. Podrías poner tus noves para descargar?!!! te juro que las quiero leer todas y bue serías más fácil así, gracias :)

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  14. de quien es el libro? muy buena la novela!! sigue subiendo!! pero contestame a la pregunta pleaseeee!!! un beso!!

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  15. waw!!! vaya madre y tia... Que gran apoyo

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  16. pobrecita Lali!!!! u.u pero por algo se empieza!! :) cuando se imagino con el regalo de su tia Gime imagine qe el hombre era Peter!! :D buenisima la noveeE!!! ♥

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