CAPITULOS VII, VIII, IX, X "TE VI VENIR"

CAPITULO 7

-          Mi amor… -le dio un beso y un pequeño abrazo sabía que no era el momento de preguntarle nada porque no venia sola- pasa…bueno pasen… este… yo soy…

-          Si se quien sos, yo soy Mariana –Mar con su sonrisa pero con ojos tristes como también notó Agus le dio un beso afectuoso en la mejilla-

-          Este… yo… em –Mar lo miraba divertida porque ella conocía a Agustín sabia que lo pasaba mal a la hora de pedir disculpas por eso se adelantó, para que el chico no pasara por un mal trago-

-          Esta todo bien Agustín, solo espero que cuides a mi bestu –El rubio relajo su cuerpo y sonrió al igual que Laura de ver como su amiga quería comenzar una amistad con su novio-

-          ¿Nos dejás pasar? –Laura intento cortar ese ambiente con un deje de gracia en su voz, también sirvió para cortar un poco de tensión-

-          Si, obvio, pasen –justo cuando ellas entraban a la casa Peter se asomó para ver qué pasaba-

-          ¿Agus eran las pizzas…? –pero se quedo mudo al comprobar que no era la comida, sino la novia de su mejor amigo, que no venia sola, sino con ELLA, la que le había hecho moverle toda la estantería pero que por ahora no se sentía preparado para asumirlo-

-          Hola Peter –intervino Laura, pero este no le hizo caso, porque mantenía una extraña conexión con su mejor amiga, ambos se miraron penetrantes. Mariana se sentía nerviosa y torpe, no sabía qué hacer ni que decir, ese era el chico que la había mirado esa tarde, esa mirada oliva era penetrante, al igual que la de la tarde, por eso ante la intervención de Laura decidió apartar la mirada y saludar torpemente con un simple “hola”-

-           Em… em… hola yo… yo…yo soy Peter –Mar había conseguido relajarse provocando que el mirada penetrante hablara torpemente, sonrió y también comprobó que el morocho alargó su mano para saludarla, un gesto para Mariana muy frio, toda esa extraña conexión se rompió ante el simple gesto de él-

-          Ya lo sé… sos el cuñado de mi hermana –y Mar era así, cuando algo no le gustaba o alguien no era de su agrado le hablaba seca, cortante. Respondió a su gesto para unir ambos sus manos. Pero la tirantez de sus palabras y el muro que había interpuesto entre ese hombre y ella se vino abajo ante ese contacto. Lo que ella llamaría una energía electrizante, esa energía provenía de ellos dos, al unir sus manos. No fue la única que lo notó. Él también. El simple contacto con ella lo puso nervioso, haciéndole tener escalofríos e inmediatamente ese escalofrío atravesó su cuerpo, para llegar justo a su parte inferior. Para él eso no fue normal, lo que conllevó que su nerviosismo aumentara. En su mente solo pensaba “Con un simple roce de manos me provoco una erección. ¿Qué carajo te pasa Peter?”-

-          ¿Cuando quieran pasamos? –habló por segunda vez Laura, ahora divertida ante lo ocurrido entre Peter y Mar. Esta última soltó la mano del chico y miro a su amiga con una sonrisa. Peter sencillamente se quedo en silencio sin apartar la mirada de la petiza-

-          ¡Dale, pasen! ¡Se quedan a cenar por supuesto! –afirmo Agustín, los cuatro llegaron hasta el living, pero Peter aun seguía incomodo y decidió pasar al baño, hasta que se le pasase su inconveniente.

Mientras tanto, Laura, Agus y Mar se acomodaron en los sillones, Agus y Lau en el más grande y ella tuvo que bancarse quedar en el de dos plazas que seguro Peter era el que ocuparía el segundo lugar. Charlaron un poco, mientras tanto, Agustín decidió abrir una de las botellas de vino mientras esperaban las pizzas, Laura por su parte decidió poner la mesa y como a Mar la obligaron prácticamente a quedarse sentada decidió pasar al baño.

-          Agus ¿puedo usar tu baño? –otra de las características de esta petiza morocha era su capacidad para tener confianza con los demás, a veces, le era muy útil, pero en otras podría caer bastante pesada y caradura-

-          ¡Sí! Anda al del fondo, Peter seguro fue al de mi cuarto –respondió a los gritos desde la cocina-

 Y las coincidencias de la vida la llevaron a parar hasta el baño del fondo, el que precisamente no estaba vacío. En ese baño se encontraba un morocho de lunares con los pantalones y los bóxers bajados mirándose al espejo como su erección continuaba ahí y como el mínimo pensamiento sobre Mariana le provocaba que se tensara un poco más. La puerta del baño se abrió de repente quedándose los dos con los ojos abiertos de par en par, Peter tapándose su miembro y Mar sorprendida, con la boca ligeramente abriera y sus ojos como platos, al ver en vivo el cuerpo desnudo de un hombre… y más aun que ese hombre fuera Peter y todavía peor que Peter tenía su parte intima en ese estado. Cerró de golpe la puerta para taparse la boca con su mano.

-          ¡Ay Dios santo! –ahogo un pequeño chillido y escucho del otro lado a Peter decir “mierda, mierda, mierda”. Volvió rápidamente al living pero no le dio la cara para irse de aquel lugar y se sentó en el mismo sillón de antes. Laura y Agus volvieron de la cocina con todo lo que necesitarían, para cenar-

-          ¡Qué rápido! –Mar asintió aun ruborizada por lo que había visto en el baño y solo hizo un gesto afirmativo unido a una sonrisa forzada- ¡y Peter che! –continuo hablando Laura-

-          En el baño –respondió de inmediato Mar y su amiga la miro extrañada. Pero no le pudo contestar nada porque Peter apareció rascando su cabeza, en señal de nerviosismo y esquivando la mirada de Mariana-

-          ¿Aun no llegaron las pizzas? –pregunto tímidamente Peter, que desde que Mar lo vio en el baño en esa situación tan comprometida tuvo que respirar varias veces antes de salir a dar la cara-

-          ¡Llegaron! –contestó Agus al escuchar el timbre-

Peter tomo el asiento que estaba al lado de Mar. Ambos se miraban avergonzados, en un pequeño movimiento la mano de él rozo suavemente la pierna desnuda de Mariana. El escalofrío lo sintieron ambos. Las manos rudas de Peter, la suave piel de Mar. La calentura que llevaba albergando Peter desde hacia aproximadamente un mes que no había mantenido ningún tipo de relación sexual y que ese estado de abstinencia había empeorado desde esa misma mañana. El calor que experimento Mar, que jamás antes había sentido, no fue invisible para ninguno de los dos. Las miradas avergonzadas de ambos, sabiendo lo que estaban provocando en el otro. Los susurros de Peter, a penas entendibles, “otra vez no…” y la mezcla de pureza y calentura de Mar, que no entendía que era lo que verdaderamente le estaba pasando a su cuerpo y lo más peligroso, a su corazón. Miradas desviadas pero encontradas a la vez, hasta que simuladamente y sin poder controlarlo, ambos se dedicaron una sincera sonrisa, unido a una mano protectora de Peter por la espalda de Mar, que deslizaba suavemente de arriba abajo, un par de sonrisas avergonzadas y cómplices, como siempre fueron, llevaron a una velada perfecta, ¡De a cuatro claro!

                                                         CAPITULO 8

Minutos después se encontraban los cuatro comiendo pizza y bebiendo cada uno, su copa de vino. Para suerte de, el morocho y la petiza la cena transcurrió tranquila, con varias charlas, con algunas risas y con un ambiente aun más relajado. Ambos decidieron no darse manija con lo que había ocurrido momento antes y se dedicaron a disfrutar de esa cena, obviando los posibles roces que pudieran llevarse a cabo en ese mini sofá.

-          Entonces Mar ¿te fue bien en España? ¿estudiaste mucho? –preguntó Agus inocente de saber el verdadero motivo por el que ella había viajado. Pudo comprobar que su bestu cumplió con no contarle a nadie cual fue el motivo de su viaje. Al mirar a Laura se dio cuenta que la expresión de su amiga cambió a una tristeza total pero ella continuo con la charla para que nadie se diera cuenta de nada-

-          En realidad, tuve un par de años sabáticos, me dediqué a recorrer el país y cuando mi hermana quedó embarazada ayudarla con mi sobrinito y a Pepo con su laburo –mintió en parte, porque esto último fue verdad sobre todo en el segundo año en ese país-

-          Mi hermano me contó que le fue re bien allá con el negocio familiar, estuve al tanto de todo el manejo en estos dos años –ella asintió corroborando lo que Peter acababa de decir-

-          Diseñar esa revista española fue todo un éxito, tu hermano es un gran profesional.

-          Mar ¿y entonces este año comenzás a estudiar? –se interesó Agustín-

-          Si, decidí comenzar diseño y marketing, en estos dos años tuve la oportunidad de aprender mucho con Pepo y me encanta todo eso, asique al final de verano empiezo. La verdad ¡estoy ansiosa! –dijo entusiasmada ante su nueva meta- y bueno espero que cuando la termine pueda conseguir un trabajo, no se… mi cuñado tiene una empresa de marketing… –todos rieron ante la indirecta-directa de Mar, porque esa petiza era así, la confianza que tomaba en tan poco tiempo le hacía especial-

-          Papu, te está diciendo muy directamente que la contraten –le dijo Agus a Peter que reía ante la situación-

-          Esta mas que contratada ya… -la miro sonriente y ella le respondió el gesto. Otra nueva conexión entre ambos. Peter se tuvo que controlar mucho para no lanzarse a su boca y darle el mejor beso que iba a dar en su vida, pero alejó esos pensamientos de su mente y cambio el tema- ¿Y fotografía la dejaste entonces? Siempre te gusto, Mar –la morena se quedó sorprendida ante la pregunta de Peter, al igual que sus dos amigos, ella no pensaba que se acordaría de otra de sus pasiones-

-          Em… no… justamente en unos días comienzo el curso de fotografía, dura los meses de verano. Mañana quiero ir a comprar la cámara profesional, es una pasada –respondió risueña Mar con su hermosa sonrisa que contagio a Peter-

-          ¿Una pasada? –acotó Laura- ¡se te pegó el acento español joder! –imitó Laura y los cuatro comenzaron a reír-

-          ¡Bueno chicos! –comento Agus con su copa de vino alzada- como es tradición en mi casa, hay que hacer un brindis –todos alzaron su copa y la primera en hablar fue la loquita de voz chillona-

-          ¡Por la llegada de mi bestu! Te quiero amiga –lanzo un beso al aire que Mar contesto. Chocaron sus copas pero no bebieron. Continuó Agustín-

-          Por mi gordita –miro cómplice a su chica- Por vos hermano y por la futura diseñadora de marketing –la frase de Agus podría interpretarse de dos maneras, pero los morochos no lo contradijeron. Volvieron a chocar sus copas y fue el turno de Peter-

-          Por los emprendimientos y por las llegadas que te cambian la vida –ambos se miraron silenciosos y la sonrisa de Peter arranco la hermosa sonrisa de Mar. Las miradas cómplices de Agus y Laura se daban a entender que esos dos iban a acarrear una buena historia y por ultimo y para calmar ese ambiente finalizo el brindis Mar-

-          Por una nueva vida… y por ustedes…. –los cuatro chocaron sus copas y cumplieron bebiendo todo el vino rosado-

Las pizzas, el vino, el helado, conversaciones amenas que conllevaron a una cena perfecta. Como correspondía Mar y Peter debía limpiar lo ensuciado mientras Laura y Agus quedaron en el living, como siempre besándose.

-          Me resulta muy raro verlos así –le comentó Mar a Peter mientras este limpiaba los platos-

-          Acostumbráte porque son así siempre –contestó el chistoso-

-          Hacen re linda pareja ¿no crees?

-          No sé, supongo… es una pareja que nunca pensé que se hubiera dado –a Mariana los comentarios de ser superior que Peter hacía le molestaban bastante y se los hacía saber de inmediato-

-          ¿Por qué? Porque ella no era la típica mina, porrista, del Buenos Aires English Hight School –respondió con ironía en sus palabras. Peter se quedo mudo-

-          No era por eso –contestó con la tranquilidad que lo caracterizaba- sino porque Laura no es de las minas que terminan con tipos tan derrochadores y piratas como es Agus, o en realidad, era… al igual que vos ¿no? –la mirada sincera de Peter hizo arrepentirse por su contestación a Mar, intentando ser un poco más amable con él-

-          En el amor no se elige, se siente

-          ¿Y vos sentís algo por alguien? –la pregunta la descolocó por completo, no sabía lo que era el amor, ni siquiera sabía que era besarse con un chico-

-          No, y si lo sintiera te puedo asegurar que no te lo diría –respondió de nuevo con su típica manera de hablar cortante. Peter se quedo callado, no sabía que pensar acerca de Mar, no lograba saber que sentía en cada momento esa chica y mucho menos, que sentía él en cada momento vivido con ella. Respiró varias veces antes de hablar y volver a meter la pata-

-          ¿Por qué tanta mala onda conmigo? ¿Éramos amigos no? –cada minuto Mar se daba cuenta de lo caradura que podía llegar a ser-

-          ¿Cuando fue de eso? Yo no recuerdo el haber sido tu amiga… recuerdo los insultos, burlas, risas e incluso desprecios que me hacías –entonces Peter se dio cuenta de lo idiota que fue en sus últimos años de colegio con ella. No sabía qué hacer y mucho menos que decir ante la clara verdad que ella le había dicho. Agachó su cabeza apoyando sus dos manos en el borde de la encimera-

-          Perdonáme… fui un tarado –respondió subiendo su cabeza y mirándola a los ojos-  empecemos desde cero, por favor. –y podía ser que ese chico con cada palabra la descolocara. Nunca en su vida pensó que Peter Lanzani le pediría perdón, que reconociera su error y mucho menos le hiciera esa propuesta. Antes de contestar, recordó lo que se había prometido cuando se curó. Comenzar una vida nueva, pero para eso debía comenzar perdonando-

-          Estas perdonado –Peter no se esperaba esa respuesta de ella, pensaba todo lo contrario, que lo iba a putear e incluso a pegar, en cambio ese ángel lo único que hizo fue darle una segunda oportunidad. Jamás habría pedido perdón antes, pero la mirada de Mar, la sonrisa de Mar y la dulzura de esa chica le podían notablemente. Tenía miedo de todo lo que le estaba pasando con ella y por más que luchara con el mismo por no mostrarse tan vulnerable ante la morocha no conseguía comportarse indiferente como siempre fue- estoy dispuesta a comenzar desde cero contigo –una linda sonrisa apareció en su rostro, acompañada de la hermosa sonrisa de ella-

-          Peter Lanzani, un gusto –estiro su mano para que lo volviera a saludar pero ella lo ignoro. Quizás por el miedo a sentir la misma electricidad de antes-

-          ¡Tampoco la pavada! Empecemos desde cero sin chistes. Y si recordás, odio saludar tan cordialmente –el levantó las dos manos como si estuvieran apuntándole con una pistola, sonrió de costado-

-          ¡Cierto! ¡Equivocación mía! –bajo sus manos- ¿entonces puedo saludarte como a vos te gusta? Todavía lo recuerdo –aclaró. Ella asintió y él, nervioso y torpe se aproximó a ella. Tomándola primero de sus hombros y acercándola a su cuerpo, para saludarla como solo ella hacía, con un caluroso abrazo. Ella estaba estática, odiaba ponerse tan nerviosa ante esas situaciones, solo cuando su cabeza posaba en el pecho de él y podía sentir su respiración y su corazón igual de acelerado que el suyo, consiguió relajarse respondiendo el abrazo, pasando sus manos por la cintura de él, ya que Peter era muy alto en comparación con ella. Por primera vez desde que llego al país se sintió en casa. Varios minutos estuvieron en esa posición, el oliendo el rico perfume del cabello de Mar, fresa. Y ella sintiendo el perfume de Lacoste que llevaba el morocho de sonrisa compradora. Pero lo bueno no dura eternamente y se vieron obligados a separarse tras un carraspeo de garganta y una sonrisilla traviesa-

                                                              CAPITULO 9

-          ¿Interrumpimos algo? –preguntó sonriente Laura. Mar y Peter se miraron sonrojados-

-          No, solo decidimos enterrar el hacha y empezar de nuevo como amigos –contesto Mar, intentando parecer tranquila-

-          ¡Qué bueno macho! Quiero que haya buen ambiente en el grupo –acoto Agustín-

-          ¿Qué grupo? –Mariana no estaba al tanto de nada-

-          Al grupo de amigos Marchu –contestó Lau, Mariana abrió sus ojos, no sabía que tenía un grupo de amigos. Al menos cuando se fue de allí no los tenía- supongo que saldrás con nosotros ¿no amigui? Te quiero tener re cerca ahora –se acercó a ella para darle un abrazo, que Mar respondió inmediatamente-

-          No sé si da chicos, son sus amigos, yo no los conozco, me voy a sentir pájaro de otro nido

-          De eso nada Mar, ellos son buena gente –contestó ahora Peter- te van a caer bien.

-          Si Marchu… este… Agus me pidió que me quede hoy acá ¿vos te podías ir con Peter? Digo, si a él no le importa… -Peter afirmó de inmediato, él le iba a proponer a ella llevarla hasta su casa, además vivían justo al lado. Pero ella miraba a Laura haciéndole ver que no los pusieran en un compromiso-

-          Yo me pido un taxi, no te preocupés… -intento salir del mal trago pero no le resulto-

-          ¿Qué taxi? Yo te alcanzo, además vivimos justo al lado Mar, no hay drama vos te venís conmigo –afirmó Peter-

Tras despedirse de Agus y Laura, ambos se subieron al auto para emprender viaje hacia sus casas. Un viaje corto, pero aun así muy agradable. Se encontraban justo en la puerta de la casa de Peter, ella se disponía a salir pero él llamo su atención para que permaneciera en el auto.

Entrada casa Lanzani y Espósito

-          Mar, te quería pedir perdón –termino de decir él con mucha vergüenza-

-          Ya te perdone Peter…

-          No es por eso… es por haberte mirado hoy en tu ventana y vos estabas… bueno… en ropa interior y también te quería pedir disculpas por lo que paso en el baño, de verdad estoy muy avergonzado –ella se limito a reírse, risa que por supuesto contagio a él-

-          ¡No te preocupés! Estamos a mano… olvidémoslo mejor –él asintió y ambos bajaron del auto. Ella se iba hasta su casa y el la seguía- ¿Qué hacés?

-          Acompañarte hasta tu puerta, antes de salir Lau me dijo que si te pasaba algo me cortaba lo que viste hoy, asique prefiero asegurar mi descendencia –ella largo una carcajada mas avergonzada que divertida y juntos llegaron a la puerta- Llegó usted sana y salva señorita. Hasta mañana…

-          Hasta mañana caballero –siguió la broma Mar, pero antes de entrar en su casa, él se acercó a ella para dejar un hermoso y lindo beso en la mejilla de Mar, que inmediatamente que ésta sintió los blandos labios de Peter, su rostro adquirió un suave color escarlata-

-          Que tengas lindos sueños… -susurro él, para después sonreírle dulcemente a ella y marcharse hasta la casa que quedaba justamente al lado-

Casa Espósito, habitación de Mar

La casa estaba silenciosa, era más de media noche y todos dormían. Mar entro sigilosa hasta llegar a su habitación. Ponerse su ropa de dormir era el siguiente paso, lavarse los dientes y cerrar las cortinas antes de meterse en la cama. Pero su curiosidad le pudo más y antes de cerrarlas del todo comprobó como en la casa de enfrente, justo en el cuarto de enfrente se encontraba Él, quitándose la remera y quedándose en cuero. No pudo evitar expiarlo y pensar en lo hermoso y atractivo que era y por supuesto en el cálido beso que le dio y en cómo se comportó con ella en las últimas horas. Y una leve sonrisa apareció en su rostro. Reconocía que Peter Lanzani siempre fue un chico que llamó su atención, que fue su amigo cuando eran pequeños y sobretodo que le robo su primer pico aunque eso no lo podía calificar como un beso. Estaba tan sumida en sus pensamientos que no se percató cuando Peter le hacía señas con la mano. Mar no sabía dónde meterse, por tanto, la única solución que encontró fue dar la cara y salir a ese pequeño balconcito que tenía su cuarto. Peter desde su habitación hizo exactamente lo mismo. Los dos se quedaron en silencio, solo se miraban y sonreían.

-           ¿Te acordás de esto? –pregunto él un poco más alto para que ella unos metros más alejada de él pudiera escucharlo. Asintió y sonrió- ¿y cuando me colaba por esa abertura? –señalando abajo, a unos setos que delimitaban ambas casas-

-          Sí, venias a buscarme para después colarnos los dos por la misma abertura y tumbarnos en tu césped a ver las estrellas y vos me contabas miles de historias que supuestamente habías vivido –dijo ella entre risas-

-          ¡Che! ¡Eran ciertas! –Peter simuló enojarse y ella largó una carcajada-

-          No me creo que en unas vacaciones te enfrentaras a un oso carroñero Peter… -él comenzó a reír-

-          Eso lo soñé –dijo divertido-

-          ¿Querés que revivamos viejos tiempos? –él la miro enarcando una ceja y asintió sin saber porqué, inmediatamente- entonces te espero donde siempre- el desapareció de inmediato de la vista de Mar. Ella se metió de nuevo en su cuarto para coger una manta y después salió por el mismo balconcito, que a su derecha tenía unas escaleras pegadas a la pared por donde siempre bajaba-

Y mientras ella bajaba esas improvisadas escaleras, él ya la estaba esperando abajo. Mirando como su cuerpo se contoneaba, como junto a ella traía esa frazada que siempre les acompañó. Y en aquel momento se dio cuenta de todo…

PORQUE TE VI VENIR

Y NO DUDÉ, TE VI LLEGAR…

Ella poso sus pies desnudos en ese césped recién cortado y un poco húmedo por el reciente riego, ambos se miraron, se sonrieron y sin saber porque sus cuerpos se acercaron como dos imanes. Como hacía más de diez años que no lo hacían…

Y TE ABRACÉ

Y PUSE TODA MI PASIÓN

PARA QUE TE QUEDARAS…

                                                                     Capitulo 10

Segundos después se separaron de ese abrazo y volvieron a sonreír, él la tomó de la mano conduciéndola hasta el lugar que solo era de ellos. Justo en la parte de atrás de la casa Lanzani. Volvieron a pasar por esos setos abiertos y llegaron hasta su lugar, a un rincón del jardín, había una llanura junto a un árbol viejo, donde había una pequeña casita, construida por todos los hermanos Lanzani, pero que ahora era imposible “habitarla” si no querían caer al suelo de inmediato. Peter tiró la manta en el suelo y se sentó en ella, volvió a estirar su mano y ella sin dudarlo la agarró, haciendo que caiga también en esa cobija. Peter se tumbó con sus brazos en su nuca y Mar lo acompañó, ambos en silencio miraban las estrellas. Estuvieron varios minutos sin decir nada, simplemente contemplando ese cielo despejado, con numerosas estrellas, sintiendo el rico olor a césped mojado, escuchando un par de grillitos y la respiración del otro. Entonces como si nada, ella se puso de lado observándolo directamente a él. Lo miraba sin pudor, viendo como ese chico cambió tanto. El morocho tenía sus ojos cerrados, Mariana podía admirarlo en todo su esplendor. Brazos fuertes, cuerpo atlético, su pelo revuelto le daba un toque más sexi, sus cejas pobladas y arrugadas, sus ojos olivas ahora cerrados parecían más pequeños que la última vez que ella se permitió mirarlo, sus pestañas largas y oscuras le daban una profundidad a esa mirada penetrante. Su nariz… o mejor dicho y como pensaba ella, su mini nariz de poroto continuaba exactamente igual. Mar era una fanática de las narices, es decir, siempre que se fijaba en alguien ya fuera mujer o hombre le miraba la nariz y raramente alguna le gustaba, pero la de él, era perfecta. Bajó su mirada a la boca… tenia labios carnosos, ella no los recordaba así. Pero sin duda y lo que más le llamó su atención, fueron esos lunares que no cambiaron nada… ahora un poco mas tapados por el crecimiento de su barba. Una barba no de adolescente, sino de un hombre. Un verdadero hombre, atractivo, inteligente, interesante y a los ojos de la morocha perfecto. Aunque no lo quisiera reconocer.

Peter sintió como ella lo observaba y abrió sus ojos, se encontró sus hermosos faroles color café y esos enormes labios carnosos con una sonrisa en ellos. De nuevo se sintió ruborizado, solo ella conseguía ese efecto en él. Se giró en su propio eje y ahora era su turno de observarla.

Esa petizita había cambiado muchísimo, seguía siendo baja de estatura y él recordaba que ése, siempre fue su gran complejo. Las curvas de su cuerpo cambiaron en estos dos últimos años. Tenía más pechos y más caderas. Pero siempre manteniendo un hermoso cuerpo. En lo que se refería a su cara, su físico se había suavizado. Mantenía esos hermosos ojos, grandes, redondos y del color de la tierra, sus pestañas continuaban igual de marcadas y negras. Pero su nariz cambió, ahora era mucho más fina, seguía pequeñita y redondita. Y qué decir de sus labios, Peter no había conocido a ninguna mujer con unos labios tan deseables, eran carnosos y grandes. En cuestión de segundos se imaginó besándolos y como instinto su cuerpo volvió a reaccionar de la misma manera que esa misma tarde. Salió de su trance solo cuando ella le habló. Ella sentía su mirada en todo su cuerpo y su rostro, al contrario de intimidarla le daba paz. Se sonreían solo observándose, grabándose en cada milímetro de su piel el recuerdo físico del otro. Pero lo único que ambos deseaban era tocarse, acariciarse y muchos más profundo, comerse a besos.

-          Cambiaste mucho en estos años… estas mas…hombre –su voz dulce tenía el mismo efecto que el canto de una sirena hacia los pescadores, lo hipnotizaba. Peter siempre pensaba que se podría adelantar a lo que ella iba a decir pero ésta lo sorprendía. Ante su ocurrencia lo único que hizo fue largar una carcajada-

-          ¿Más hombre? Ya no soy un niño de 15 ¡tengo 25 ya! –se quedó callado como pensando en lo que acababa de decir- tengo 25…hasta ahora no caí –y la risotada contagiosa de Mar no la pudo ocultar-

-          ¡Sos un viejo! –decía entre risas. El la miró enojado pero a ella no le importó continuaba riéndose. Para vengarse de su burla comenzó a hacerle cosquillas, pero ella no iba a retirarse sino que le iba a dar batalla y las cosquillas fueron mutuas. En el sonido de la noche solo se escuchaban sus gritos y carcajadas-

-          ¡Basta, basta! –decía Mar sosteniendo su panza de reírse- él se sentó a su lado respirando dificultoso por la risa y el trajín que habían tenido- es mejor que me vaya a mi casa, mañana tengo que levantarme temprano y vos también –le recordó Mar señalándolo con el dedo, en señal de reto-

-          Si… ni me lo recuerdes –volvió a tumbarse y ella se puso a su lado, dejando todo su peso en un brazo y mirándolo-

-          Dale flojito… que por ahí me enteré que sos un AS en los negocios –con su mano desocupada quito un mechón de pelo de la frente de Peter y la conexión entre ambos volvió a surgir-

-          Sos hermosa… -Mar le sonrió y acarició su rostro-

-          Chamullero… -susurró divertida Mariana. Su corazón al escuchar esas palabras de la boca de él se aceleró y solo lo pudo ocultar haciendo una broma-

-          No es chamullo –la mano de Peter voló al rostro de Mar, acaricio su pómulo sonrosado y se incorporó para estar más cerca de ella- sos bella –ella sonrió y bajó su mirada, pero Peter levantó de nuevo su rostro- creélo porque es cierto –se acercó lentamente a ella, que cada vez y ante tanta cercanía se ponía más nerviosa. Pero Peter se limitó a dejar un beso en esa mejilla ruborizada- hasta mañana la mia bella principessa –termino de decir con acento italiano-

-          Hasta mañana chamullero –susurró ella, que después de esa despedida le dejó un beso en esos lunares que antes había admirado. Provocando en él la misma sensación que minutos antes había experimentado la morocha-

CHICAS CUATRO CAPITULOS MAS. FIRMAS= CAPIS QUEDAN TAN SOLO UNA SEMANITA PARA LOS NUEVOS CAPITULOS!! ESTA NOVELA SE VIENE CON TODO.

LAS QUIERO

FATY***