CAPITULO XVII, XVIII, XIX "TE VI VENIR"

Capítulo 17

Mientras iban montando la tienda poco a poco. Mar le iba contando todo lo que habían decidido Peter y ella con respecto a su amistad, de mantenerla en secreto, solo, hacia los papas de Mar.

En un momento de la tarde Mar estaba acomodando en las estanterías, colgadas antes por su cuñado, varias plantas. Estaba subida a unas escaleras, justo cuando estaba colocando la última planta la estantería se vino abajo y Mar por sujetar algunas plantas perdió el equilibrio y estuvo a punto de caer al suelo si no es por unas manos que impidieron su caída al escuchar su grito.

-          ¿Princesa estas bien? –Mar consiguió ver a su salvador y lo primero en que se fijo fue en sus hermosos ojos verdes. Él apartó el pelo alborotado de la cara de ella y acaricio su rostro-

-          Si Pitt estoy bien, solo fue el susto. Gracias… -la puso en el suelo y le ayudo a recoger algunas plantas y la estantería rota- tu hermano no sabe colgar un par de estanterías –dijo entre bromas. Pero alguien replico-

-          Yo si se colgarlas, vos pusiste plantas muy pesadas –Mar rió al ver a su cuñado Pepo enojado y le saco la lengua. Después éste saludo a su hermano-

-          ¡Mucha fiesta acá y nada de laburar! –replico una Lucia con su hermoso cabello pelirrojo alborotado. Después sonrió y saludo a su cuñado-

-          Estuve toda la tarde laburando nena ¿me estas explotando sabías? –le dijo Peter. Las bromas continuaron y Pepo se acerco a su esposa y le paso el brazo por sus hombros- te traje lo que me pediste. Acerco su carpeta y le desenvolvió varios planos encima de la mesa que sería el mostrador del lugar. En ella estaba reflejada los planos de una casa, en 3D-

-          ¿Y esta casa? –pregunto Mar interesada-

-          Es mi futura casa –respondió alegre Lucia. Mar sonrió a su hermana y después miro a Peter-

-          ¿La hiciste vos? –el asintió- Es increíble Peter –se acerco a él y le paso un brazo por la cintura de rugbier para abrazarlo, gesto que él contestó. Los esposos miraban atentos su nueva casa y no se fijaron en los dos más jóvenes- es perfecta chiquito –le susurro ella –El dejo un beso en su frente y volvió a susurrar mirándola-

-          Vos sos perfecta –Lali lo miro sonriente y él no pudo evitarlo, se acerco lentamente a ella, rozaron levemente su nariz. Sus labios estaban a punto de rozarse cuando la voz de Pepo lo hizo caer en la realidad y separarse ambos de ese beso que se iban a dar-

Las revoluciones de sus cuerpos no se habían ido, ambos ayudaban a sus respectivos hermanos, pero la mente estaba en ese beso que se podían haber dado. Se miraban de reojo, pero no se hablaban. Estuvieron varias horas metidos en ese local, cenaron allí con comida rápida que encargaron. Debía estar terminada antes de la próxima semana para poder abrirla al público.

-          ¿Qué onda con Mariana? –Pepo interrogo a su hermano, mientras acomodaban uno de los seis escaparates de la gran floristería-

-          Somos amigos…

-          ¿Desde cuándo? Por lo que tenía entendido ni se hablaban y vos la detestabas, nunca supe porque…

-          Las personas maduran y yo me equivoque mucho con ella, la juzgue sin saber… -Pepo lo miro dudoso, no tenía idea que su hermano menor sabia del problema de Mar-

-          ¿Ella te conto lo que paso? ¿Qué le tenés lastima? –Peter lo miraba confundido, no sabía a lo que se refería su hermano. Pepo al no encontrar respuesta continuo- Mirá Peter, vos sos mi hermano y te quiero, sos mi sangre. Pero si yo me doy cuenta que te estás chamullando a Mar, para meterla en tu cama y después si te he visto no me acuerdo…

-          ¿Qué? –Peter se sorprendió ante lo que su hermano le estaba diciendo-

-          Que no voy a permitir que le hagas daño a Mariana, ella ha sufrido mucho y no se merece que te la lleves a la cama y luego la dejes

-          No voy a hacer eso… con ella nunca –la sinceridad que emanaba los ojos de Peter era inexplicable, por ello, Juan Pablo (Pepo), dio una palmada de macho a su hermano menor y un abrazo-

-          Cuídala macho… hazla feliz y amala… se lo merece –se separaron del abrazo-

-          Yo no… ella y yo… -Pepo comenzó a reír- somos amigos –consiguió decir Peter-

-          Eso decía yo de Lucia y mirános

Floristería LIS otra punta de la tienda. Ese mismo instante.

-          ¿Qué onda con Pedrito? –la voz picarona de Lucia unido a su mirada traviesa hizo reír a Mariana-

-          Somos amigos… -respondió ella lo más normal posible-

-          Ok… y ahora la verdad

-          Sos tremenda… -continúo entre risas- si, te reconozco que me encanta, pero él no lo va a saber, ya tiene su ego demasiado alimentado como para que se recree un poco más.

-          Pues debería… creo que te corresponde cari –el ultimo arreglo floral para la decoración fue terminado por Lucia para ponerlo en el ultimo escaparate decorado por Peter y Pepo-

-          ¿Qué decís? Me ve como su amiga… una cosa es que me guste, porque es lindo. Otra muy distinta es que esté enamorada. Sabés que eso nunca va a pasar –la pelirroja dejo el arreglo en un jarrón y se acerco a su hermana-

-          Cariño, lo que te paso…  -Mar la miro con ojos aguados y Lucia se derrumbo junto a ella. Dándole un abrazo- mi amor, vos estas bien… abre tu corazón y dejáte amar –se separo y se miraron- tu enfermedad ya no es un problema, esta remitida y nadie te va a rechazar por eso.

-          No quiero que él lo sepa… no quiero que me mire con lastima

-          Eso no va a pasar… yo no voy a dejar que nadie te mire con lástima, porque vos sos una mujer fuerte y que supero con dos huevos una muy grosa. Demostrás cada día que la palabra lastima no está escrita en tu diccionario. Porque con tu actitud demostrás que no sos débil, todo lo contrario, sos fuerte y valiente.

-          Te quiero mucho Lucy 

-          Yo a vos mi pequeña –se volvieron a abrazar. Pero la voz alegre de Pepo las saco de ese abrazo, lleno de lagrimas que fueron secadas de inmediato-

-          ¿Se reparten abrazos por acá? –Peter y Pepo se acercaron a las hermanas Esposito, ambos se dieron cuenta del estado de las dos chicas. Pepo al saber el motivo de las lágrimas de su esposa se acerco intentando disimular y la abrazo por detrás. Por su parte, Peter miraba a Mariana con el corazón hecho pedazos, al ver las lágrimas traviesas que se colaban por el rostro de su bella principessa, no pudo evitar acercarse a ella y abrazarla al igual que su hermano a Lucía. Los cuatro parecían esos típicos amigos que salen en parejas y parecen cuatro tontos con sobredosis de azúcar. Hablaron un poco más de la tienda intentando evitar que les expliquen que les paso que estaban llorando. El matrimonio se fueron juntos a mirar las seis vidrieras que habían decorado-

-          ¿Qué te paso bella? ¿a que son debidas estas lágrimas? –Peter no aguantaba más verla triste y cuando se quedaron solos le pregunto-

Capítulo 18

-          Nada… es… es la emoción por ver como mi hermana cumple el sueño de tener su propio negocio –el chamullo a Mariana no se le daba bien. A partir de ese momento Peter se dio cuenta que algo ocultaba-

-          ¿Y por eso lloras y tenés esa tristeza en tu mirada? –Mar lo miró a los ojos, acarició su rostro y volvió a hablarle-

-          Estoy bien Pitt… son cosas mías por las que llore…

-          ¿Y me la podés contar? –hizo un puchero que a Mar la termino por conquistar, ese hombre se había adueñado de su corazón sin previo aviso. Sonrió ante su gesto y dejo un suave beso en su cachete-

-          No… y te aviso que puedo reprimirme a tus pucheros –Peter acentuó mas ese puchero- tampoco me la compliques ¡viste! –rieron los dos, pero la sonrisa de Peter la esfumó en segundos-

-          Prométeme que me vas a contar eso que tanto te preocupa… -Lali miro hacia abajo, ella no quería prometerle eso, porque no quería que supiera de su enfermedad, no quería que le tuviera lastima y mucho menos quería ser rechazada y menos por él- yo te voy a entender siempre princesa –se miraron a los ojos-

-          Cuando me sienta preparada prometo abrirte mi corazón y contarte todo…

-          ¿Pero me vas a dejar quedarme en él? –la pregunta quedo sin responder porque llegaron los dueños de la floristería, para poder irse todos juntos-

Casa Esposito – Casa Lanzani

Como era de esperar ambos se fueron en el mismo auto, era más de media noche y el camino hacia su casa fue silencioso. No un silencio incomodo, sino un silencio reflexivo, ella luchaba con su interior por deducir que le pasaba con ese chico, por cómo hacer para contarle lo que vivió dos años atrás. Por su parte el morocho intentaba descubrir que era eso que Lali escondía, a la vez que intentaba comprender que le pasaba cuando la tenía enfrente. Durante todo el trayecto intercambiaron algunas miradas, sonreían y volvían al silencio. Al llegar Peter no se pudo contener mas, quería saber qué pasaría con el encuentro de la noche.

-          Bella, ¿nos vemos esta noche? –la sonrisa de Mar apareció de nuevo-

-          En el mismo lugar de siempre –sin más que decir se bajo del auto y entro a su casa-

Las luces estaban apagadas, el silencio reinaba en esa casa. Pero la paz no, de repente una luz la encegueció, su mamá se encontraba sentada en un sillón de living, aparentemente esperándola. Su cara no era la mejor.

-          ¿Qué hacés despierta mamá? –la madre de Lali se levanto del sillón muy enfurecida-

-          ¿Te creés que podés venir a la hora que se te cante?

-          ¿Perdón? -Mar la miraba desafiante, no daba crédito a lo que escuchaba-

-          ¡Todavía seguís viviendo bajo mi techo no podés hacer lo que te dé la gana, entrar y salir sin dar explicaciones! –el grado de enfurecimiento de Regina era notable, pero Mar ya no estaba dispuesta a amedrantase frente a su mamá-

-          Mirá mamá, te vuelvo a repetir lo que te dije hoy en la mañana, yo estoy en esta casa porque mi papá no me dejo irme. Si ustedes siguen en este plan… o más bien VOS seguís así… cuestionándome todo, discutiendo conmigo todo el día, YO ME VOY.

-          ¡QUÉ DERECHO CREES QUE TENÉS PARA HABLARME DE ESA MANERA MOCOSA INSOLENTE!

-          EL DERECHO QUE VOS MISMA ME CONCEDISTE CUANDO ME DEJASTE SOLA, CUANDO ESTUVE A PUNTO DE MORIR. YO SOLO NECESITABA UNA MAMÁ Y VOS NO ESTUVISTE CONMIGO –las lagrimas hacía rato habían hecho presencia en la escena. Mar estaba dolida, por el comportamiento de su mamá ante su enfermedad, estaba sacando el dolor contenido durante dos años de su vida- NO TUVISTE NI LA MAS MINIMA CONSIDERACION CONMIGO, POR PREOCUPARTE, POR VENIR A VERME. EN ESTOS DOS AÑOS PODRIA CONTAR CON UNA MANO LAS VECES QUE ME LLAMASTE –Regina, se quedo inmóvil, su mirada contenía dolor y lo peor de todo, odio. Hacia su hija pequeña. A Mariana no le cabía en la cabeza que su propia madre sintiera ese desprecio hacia ella. Intentaba siempre ser un ejemplo de hija, pero lo único que había conseguido para su madre era más desprecio- SOS UNA MIERDA MAMÁ –el insulto era lo ultimo a lo que Mariana quería llegar, pero la mirada de Regina le dejo claro a Mar, lo que su madre pensaba. Tanto dolor en estos años le hizo contestarle de esa forma. No tuvo tiempo de arrepentirse y pedirle perdón a su madre, porque a pesar del daño que le había hecho era su madre y no debió hablarle así. Momentos después un fuerte ardor sintió en su mejilla. Regina le había dado una cachetada, merecida o no, le había pegado y el arrepentimiento que Mar sintió segundos antes se desvaneció. Regina tenía los ojos aguados y Mar lloraba sin ocultarlo. Ambas se miraron, desprecio, amor, dolor… todo una mezcla de sentimientos encontraron en los ojos de la otra. Sin más que decir Mariana se marcho del lugar-

Llego a su cuarto destrozada, se tiro en la cama y comenzó a llorar fuerte, dolida, triste, desesperada… deseando no haberse recuperado de esa maldita enfermedad, solo por no vivir toda la mierda que le estaba pasando. Llorando desconsolada se quedo dormida, sin pensar en nada más, solo en la discusión que había mantenido con su mamá.

Casa Lanzani

Peter entro en su casa, todo estaba oscuro. Antes de llegar a las escaleras que le conducían a su cuarto la luz del living se encendió. En ella estaba su mamá, medio dormida. Peter se acerco a ella divertido se sentó a su lado y la abrazo dejando un beso en la frente de ella. Claudia abrazo a su hijo. El amor que Claudia transmitía a cada uno de sus hijos era enorme, no tenía preferencia por ninguno. A todos los amaba, retaba y le mostraba el camino por igual.

-          ¿Qué hacés despierta? –Claudia miro a su hijo, tenía una hermosa sonrisa y un extraño brillo en sus ojos-

-          Esperándote… vos… ¿a que se debe esa sonrisa y ese brillo de ojos? –Peter bajo su cabeza, de los cuatro hermanos era el más tímido cuando a temas de amor se refería-

-          Estoy en un buen momento…

-          ¿Personal o profesional? –el brillo y la mirada cómplice de Claudia fue notada por Peter-

-          En los dos aspectos… no me vas a seguir preguntando mamá… pareces de estos periodistas que quieren saber de mi vida todos los días –dijo en broma-

-          No me hace falta preguntarte nada mas… ese brillo tiene nombre y apellido, pero yo te daré algunas pistas… petiza... morocha… con luz propia –El morocho comenzó a reír- cuídala mi amor, su vida no ha sido fácil –Peter endureció su mandíbula, no sabía a qué se refería su mamá, con que su vida no había sido fácil. Podría decirlo por su infancia y adolescencia, por el estricto comportamiento de sus papas hacia ella o por algo más. Algo que él no podía llegar a imaginar-

-          ¿A que te referís?

Capítulo 19

-          ¿A qué te referís? –el comportamiento nervioso de Claudia ante su metedura de pata fue evidente, estuvo a punto de mentirle cuando el ruido de las escaleras y de alguien bajando por ellas, provoco la mejor interrupción para la señora Lanzani y la peor para el hijo mediano de la familia. Por las escaleras apareció su papá, medio adormilado. Al ver la luz prendida no se sorprendió. Pero si termino esos tres escalones con una sonrisa en su rostro al ver a madre e hijo sentados en el amplio sillón-

-          ¿Qué hacen despiertos a estas horas? –miro a su esposa divertida- muñeca, no puedo creer que te quedes aun despierta esperando a tus hijos –Juan negó con la cabeza divertido. Se acerco a su esposa y su hijo, dejo un beso en la cabeza a este último, para después acercarse a su esposa y besar cortante su boca-

-          Estoy delante… gracias –la mueca de pudor de Peter hizo reír a la feliz pareja- mejor me voy a dormir –resolvió al ver a sus padres juntos- Que descansen –dejo un beso a cada uno y cuando estaba subiendo las escaleras escucho a su papá preguntarle a Claudia de que hablaban, a lo que esta contesto “se enamoró”- YO NO DIJE ESO –contesto Peter un poco más fuerte desde las escaleras y con un tono de burla que hizo reír a los tres-

Llego a su habitación sonriente, sin saber por qué. Era imposible que se hubiera enamorado en tan poco tiempo. Sentía solo una increíble atracción física hacia esa morocha. Su voz lo encandilaba, la suavidad de su piel le hacía estremecer y su boca le provocaba ser besada a cada minuto. Su corazón se acelero y su entrepierna hizo presión en sus bermudas. Esta mujer me va a matar inclusive en la distancia –murmuro. Se fijo en la ventana de la casa de al lado. Todo estaba apagado. Miro el reloj y vio que le quedaban unos minutos para la quedada en el jardín con su Lali. Volvió a reflexionar sobre su reacción al tenerla en frente –seguro son las ganas y el tiempo que llevo sin tener ningún tipo de contacto sexual con una mujer –intentaba creerse sus palabras, pero su corazón latía aun mas fuerte al recordarla, su suave cabello, sus pies dañados, pero igual de hermosos. Recordaba los miles de abrazos, gestos y besos que se habían robado. Aunque solo fuesen en la cara, para él tenían un infinito valor. Su miembro hacia aun más presión con esas bermudas. Decidió no pensar más y bajar al jardín. Mientras esperaba a su principessa se tiro de cabeza a la piscina. Toco el fondo con las manos y comenzó a bucear hasta el otro extremo. El agua fresca le hizo relajarse. Comenzó a nadar de varias maneras lo largo de esa piscina. Hasta conseguir esa relajación extrema, que solo el nadar le provocaba. Se dio cuenta que Mar estaba tardando mucho en reunirse con él en el jardín.

Tras una hora de espera, se dio por vencido, su bella no apareció. Antes de irse a dormir no vería sus ojos chocolatados, o su enorme sonrisa.

Día siguiente cuarto de Mar

Una suave caricia la despertó de sus profundas fantasías. Abrió los ojos despacio y se encontró con la mirada más dulce que jamás había visto. Pudo susurrar es un sueño, pero el suave beso cerca de sus labios le aseguro que eso era real.

-          Estuve esperándote anoche principessa ­–iba a responder cuando ese mismo tacto lo sintió en la boca, era una rosa, esta vez amarilla. Pudo comprobar que la persona que estaba atrás de esas hermosas rosas era él. Su “amigo”, su locura, su desaliento- no te preocupés mi amor, descansá –dejó un beso en cada parpado cerrado de Mar, su nariz y sus comisuras, cuando estaba a punto de besarla en la boca se escucho el ruido de la puerta del cuarto abrirse. Como estaba de rodillas en el suelo consiguió meterse bajo la cama. Mar se espabilo y pudo reaccionar escondiendo la rosa que le había dado. Aún estaba en shock por ese mi amor, que le dijo Peter. Cuando vio quien apareció por esa puerta la sonrisa que Peter le había provocado se esfumó. Su mamá apareció con su recogido estirado y con su típica cara enojada, que mantenía prácticamente las 24 horas del día.

-          Ya podés decirle a esa amiga rara que tenés que deje de molestar tan temprano –tiró el teléfono en la cama de Mar, y se quedo observando la actitud nerviosa que tenía- ¿Qué escondés? –Regina era una mujer mu intuitiva una perra de caza, se olía todo lo que no estaba dentro de lo legal a kilómetros. Lali intentó calmarse pero aun no se olvidaba que Peter estaba bajo la cama-

-          Nada mamá, me asustaste, solo es eso. Ahora andáte de mi cuarto –le contestó de mala manera y Regina se marcho de la habitación soltando barbaridades por la boca. Peter salió de debajo de la cama riéndose, Mar contesto la sonrisa y cogió el teléfono. El morocho solo la observaba y no pudo contenerse y se sentó en esa misma cama, tras de ella, haciendo que se apoye en su pecho, vestido por ese traje de lino. Ella al principio se rehusó pero Peter sin siquiera hablarle la volvió a atraer a él. Lali cogió el teléfono y atendió a Laura- ¿Qué paso amiga? –Pero la desconcentración era máxima, Peter le estaba haciendo masajes en la nuca y dejaba pequeños besos en su cabeza-

-          Gorda, este finde hay fiesta de disfraces y te tengo que contar algo –Mariana se extrañó ante la voz un poco rasgada de su amiga-

-          ¿Lau estas bien? –entre sollozos pudo responder del otro lado de la línea-

-          Si amiga… en el fin de semana hablamos… tengo tu disfraz en casa, vení antes de las diez y nos preparamos juntas

-          Está bien, nos vemos. Te quiero –su amiga le respondió y termino la comunicación-

-          ¿Qué paso princesa? –Mariana se volteó y Peter dejo un beso en su nariz-

-          Laura me dijo que este finde hay una fiesta de disfraces y que me tiene que contar algo. Pero me lo dijo llorando –Peter acomodo un poco el pelo de Lali-

-          No te preocupés seguro fue una peleíta con Agus, nada del otro mundo, ya verás… -volvió a dejar un beso en su cachete- me tengo que ir a laburar, que tengas un lindo día hermosa

-          Vos también  -se sonrieron y él no pudo contenerse capturo sus labios por un segundo dejando un duce pico en los labios de Mariana, ésta se quedó estática, otro beso en la boca, un pico, del mismo hombre- Peter… -reclamo casi en susurros y el sonrió más ampliamente-

-          No te beso mas porque quiero que nuestro primer beso sea más especial –las palabras de Peter dejaron atónita a Mar, ella no sabía que el morocho pensaba un futuro cercano juntos-

-          ¿Qué primer beso?

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MAÑANA PUBLICO DOS MAS, Y EL LUNES OTRO, HASTA DONDE PUBLIQUE EN FOTOLOG.

Y RECUERDEN EL MARTES CONTINUA LA HISTORIA CON NUEVOS CAPITULOS!

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LAS QUIEROO

FATY****